El virtuosismo y la ostentación de los diseños arquitectónicos del valenciano Antonio Girbés se hicieron notar ayer durante de la XV Bienal Internacional de Arquitectura de Venecia. El de Tavernes de la Valldigna expuso sus últimas doce obras en la Abadía de San Giorgio Maggiore, bajo el título «Refugios». Una muestra, comisariada por el crítico de arte Javier Molins, que reúne doce obras de gran formato y una pieza creada específicamente para la Abadía con el título «Misericordia», un mosaico en blanco y negro compuesto por 64 piezas.

Las obras representan los «refugios» de este artista valenciano, creados a partir de un gran número de fotografías tomadas de diversos edificios y arquitecturas, y unidas mediante un fotomontaje. Mediante estas composiciones también intenta hacer un homenaje a los grandes arquitectos de la historia, como Andrea Palladio o Antoni Gaudí. Algunos de los edificios más conocidos que componen estas arquitecturas de Girbés son la Lonja de Valencia, un templo de Félix Candela o los frescos restaurados de la Iglesia valenciana de San Nicolás. Estos espacios simbolizan el remanso de calma que Girbés encuentra en su propia disciplina, con tal de alejarse por un momento del mundo actual.

En la exposición de Girbés no faltaron caras conocidas, ya que acudieron más de un centenar de personalidades del mundo artístico y empresarial, como la anterior presidenta del Palau de la Música Mairen Beneyto, el empresario valenciano Vicente Castellaons, el director de Diversificación de Gesfesa, o Antonio Simonato, cónsul honorario de España en Venecia.