«Me hubiera gustado ver a algunos políticos que acudieron a otras presentaciones», se alzó Jerónimo Cornelles, director de Russafa Escénica, cuando le tocó acometer los puntos de la hoja de reclamaciones que la Plataforma d´Iniciatives Culturals Urbanes de València (Picuv) ha ido llenando durante los últimos meses para la Administración. Se refería a las diferencias entre la nutrida comitiva institucional que acudió a la puesta de largo de Tercera Setmana, el certamen de los empresarios de teatro (Avetid) y la que ayer acompañó el nacimiento del primer foro que reunirá a nueve de esos festivales (Russafa Escènica, Bucles, Districte 008, Cabanyal Íntim, Confusión, MUV!, Intramurs, Ciutat Vella Oberta y Russafart) en el Teatre el Musical entre el 10 y el 12 de junio.

Ayer, entre los representantes políticos, solo se contaba a María Oliver, concejala de Acció Cultural. Hace unas semanas Ribó y Girona bendecían el otro certamen, que nació rodeado de padrinos de diputación, ayuntamiento y Generalitat. Por eso la presentación de Encontres, el «fin de fiesta» de los certámenes «de la resistencia» (así se autodenominaban, en alusión a los orígenes durante la crisis y la era del PP), fue adquiriendo progresivamente un tono reivindicativo. Algunos de los participantes comentaban tras el acto que «demasiado reivindicativo», puesto que «se trataba de informar de las actividades», pero la controversia por las ayudas directas a Tercera Setmana se plasmó en el discurso.

Cornelles, uno de los portavoces de Picuv, apuntó que, con la excepción de las concejalas de Acció Cultural (Oliver) y Cultura (Glòria Tello), «está siendo muy difícil» llegar a las instituciones: no tienen noticia del alcalde pese a que han solicitado una reunión y en conselleria consiguieron entrevistarse con Amoraga, pero ni el secretario autonómico ni el conseller les han prestado atención, aseguran. Criticaba Cornelles «la actitud paternalista» de la administración, «con buenas intenciones pero sin ningún gesto». Arístides Rosell, de Russafart, agregaba que en todas las reuniones con miembros del consistorio han mostrado «el desacuerdo» por lo que les señalan que es una «decisión estratégica de gobierno», al referirse a las ayudas directas a Tercera Setmana, mientras el resto de certámenes concurre a convocatorias abiertas. Isabel Caballero, de Cabanyal Íntim, interpelaba directamente al alcalde: «antes le veía, con otros miembros de Compromís, en las inauguraciones del festival; este año no le he visto».

La única política presente, Oliver, aseveró que el objetivo que se persigue en su concejalía es que «las ayudas nunca se den de manera directa» y que el aludido Tercera Semana es un proyecto de alcaldía. «Si se quiere hacer un festival de ciudad, el ayuntamiento debería ser el que lo promoviera, no una organización determinada», reconoció la regidora, que añadió estar trabajando junto a Tello, en un nuevo modelo de ayudas a la cultura. El fin, añadió Oliver, es que las subvenciones no estén tan compartimentadas por disciplinas como hasta ahora «y que no atiendan a la estructura empresarial de quien presenta un proyecto; sino al impacto en la ciudadanía de su propuesta».

El foro que se desarrollará la semana que viene (y para el que la concejalía cede el TEM), servirá, entre otras cosas, para compartir modelos culturales con agentes de otras ciudades. También habrá danza, teatro, música, artes plásticas y performances en una sede que constituye, además, un símbolo de la cultura de barrio. Allí donde asegura Oliver que se quiere poner el foco y desde donde se cuestiona un cambio de rumbo tangible en las instituciones públicas. «En un año, entre todos los festivales, movemos a unos 100.000 ciudadanos», reivindicaba Cornelles, «no sé qué más necesitamos demostrar».