A los 12 años leyó en el periódico que el modo de vencer a la muerte era permanecer en el recuerdo de otros. Con esa angustia existencial empezó en teatro. Pablo Messiez (Buenos Aires, Argentina, 1974) lleva 20 años sobre los escenarios. En abril recogió el Premio Max a la mejor dirección escénica por La piedra oscura. El domingo se verá en El Musical La distancia, bajo su dirección. En Tercera Setmana también dirige un taller de investigación.
¿Cómo está el teatro?
Siempre me pregunto como estoy yo en relación con el teatro. Trato de no generalizar.
Está claro que le va bien.
Sí, estoy contento, pero ahora mismo no sé donde voy a estrenar mi última obra en Madrid.
No le faltarán espacios.
Confío que lo voy a conseguir, pero quiero estrenar en noviembre y todavía no sé dónde.
¿Qué obra es?
«Todo el tiempo del mundo». Se estrenará en Avilés, pero en Madrid todavía no sé
Volvamos al estado del teatro.
Se le da mucha importancia en los discursos, incluso los actores, que aunque no hagan mucho teatro dicen: «a mi lo que me gusta es el teatro», pero luego el teatro ocupa un lugar muy pobre. Acabo de leer un titular sobre La piedra oscura que decía: «da el salto al cine». Pero el teatro sigue inalterable porque ninguna otra actividad da ese contacto humano, con ese vértigo y peligro.
¿Adaptación o texto nuevo?
Son distintas, pero me gustan las dos. En un texto propio voy reescribiendo según trabajo con los actores. En la versión de otro, hay como un tercero en la relación.
¿Le veo con pocos clichés?
La única condición es que me ponga. Hay un montón de cosas a las que digo que no.
Ante un texto que le ponga, ¿cómo elige dirigir o actuar?
Son como dos partes distintas del cerebro. Rara vez me veo dirigiendo o actuando al mismo tiempo.
Tercera Setmana demuestra que esto se mueve, ¿no?
Ha habido cambios, como en Valencia y Madrid, que celebro. Hay más salas, más actividad, pero se trabaja muy mal.
¿Más de festivales o programación estable?
Las dos cosas, pero en los festivales se ven más cosas, me parece grande.
¿Ha podido ver algo?
Todavía no, pero me encanta la programación.
Muy atrevida, para una iniciativa privada.
Han hecho bien confiando en Salva Bolta.
¿Ha cambiado algo tras el Max?
Me saluda más gente. Pero fue inesperado y me llenó de alegría.
¿También le saludan más en Argentina?
Me ven poco, pero se pusieron muy contentos.
¿Como va el taller?
Estamos empezando, pero hay mucha avidez por probar cosas.
¿Qué opina de las escuelas de arte dramático?
No me gusta la idea de llegar a un lugar. Hay que trabajar más, tratando de mantener activo el deseo de saber.
¿Su deseo?
Hay que extirpar la idea utilitaria del teatro. Se piensan las obras como algo que hay que vender. Muchas veces la obra funciona, pero se vende cuando los que están en el proyecto no estaban en eso. Jamás pienso en eso, y en general me fue bien. El teatro no es masivo, pero sin embargo es eterno. El teatro no se parece a nada, por eso sigue vivo.
