Hoy abandona su refugio en Cantabria para volver a hacer kilómetros y lidiar con el calor de una ciudad desatada en el termómetro. Quique González liderará esta noche un equipo de quince personas en la Sala Noise, entre ellos su banda Los Detectives, junto a los que proyecta un futuro de sesentones partiéndose el pecho por el «oficio» sobre el escenario. Bruce ya tiene su E Street Band.
¿No da pereza salir de la cueva para volver a la gira?
Para nada. Cuando la gira va mal lo afrontas con otra cara, pero si hay buen ambiente estás a gusto lo único que piensas es volver a juntarte con el resto y volver a tocar.
La imagen de una gira es la de la furgoneta y el ambiente relajado. ¿Es así o tiene más que ver con andar gestionando mil cosas?
Tiene que ver con colgarte la guitarra y hacer kilómetros en la furgoneta, pero hasta llegar ahí tienes que hacer muchas cosas porque al final eres el responsable de un equipo de 15 personas.
¿La vida en equipo se lleva bien?
Esta es la primera vez que giro, hago disco y vuelvo a girar con la misma banda. Hay mucha camaradería, me arropan mucho; me gusta sentirme parte de algo.
Parece que haya encontrado su E Street Band. ¿Se ve yendo por ahí con ellos a los sesenta?
He tocado con bandas muy buenas antes, pero ahora claro que pienso en eso y se lo digo a ellos. Para eso tenemos que cuidarnos, me veo más con una banda que como solista, y tengo la banda que siempre he querido tener.
Es época de festivales y no se le ve en demasiados carteles. ¿Decisión propia o no llaman?
A ver, yo creo que el mejor sitio para vernos es en una sala, donde hay gente que paga para verte a ti expresamente. En los festivales tienes una hora y no vienen necesariamente por ti, así que es menos agradecido. Aunque últimamente hemos probado en algunos festivales y he de decir que me gusta, sin abusar, porque no es mi medio natural.
Muchos de estos festivales suelen ir acompañados de la etiqueta «indie». Usted es un artista independiente. ¿Cree que se ha desvirtuado el término?
Creo que ahora es más confusa la etiqueta. Pero ya los grupos indie pioneros estaban con multinacionales. De todas formas deberíamos olvidarnos de la etiqueta, como cuando a mí me ponían la de cantautor. Al final somo gente que hace canciones y ese término hace más referencia a la manera de gestionártelo.
En el disco se despide de su padre —falleció hace un año—. ¿Hay un punto de miedo a estar mostrando demasiado de uno?
No, porque no hago canciones para exhibirme como para soltar demonios. Este oficio consiste en eso, las canciones son mi forma de expresión.
Van diez discos. ¿Alguna vez se ha aburrido de esto?
Aún no. A veces pesan la maleta y la guitarra pero nunca he dejado de aprender. Tampoco he salido al escenario sin nada que tocar.
