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Quilapayún, 50 años de folk político popular chileno

Quilapayún se detiene unas horas en Valencia en su gira por todos los países celebrando que han llegado vivos a cumplir los 50 años del más puro folklore chileno con permanente mensaje popular político. Actuará en Viveros este martes 5 de julio y seguro que reunirán a todos los románticos del socialismo de los años 80 a los que nutrió musicalmente.

Tuve la oportunidad de escuchar en directo a este grupo en uno de los mítines electorales de Salvador Allende, con el que cerró su campaña electoral de 1970 en la plaza Victoria de Valparaíso, frente a la Catedral. Tocó y cantó con excelencia. En el mismo acto Pablo Neruda -no muy buen rapsoda- leyó uno de sus poemas políticos. Residía yo por entonces, tiempo estudiantil, en la hermosa ciudad porteña, corazón de la bahía de pancho.

No era el único valenciano que andaba por allí. Con Allende iban siempre los hermanos Joan y Vicent Garcés, el primero su secretario personal, el segundo dedicado a las cosas agrarias. En la región tuve oportunidad de conocer a exiliados valencianos huidos de la dictadura de Franco.

Me impresionó la fuerza, la potencia, el vigor, la calidad de la interpretación de Quilapayún. Si algo muy bueno tienen los chilenos es su música folk, que en el caso de Quilapayún es puro mensaje político al servicio del pueblo. «Dicen que mi Patria es un fusil y una bandera/ mi Patria son los labradores que están labrando la tierra». Cantar esto en un país donde las Fuerzas Armadas siguen teniendo tanto poder y ejercen tanta presión suponía la compra de todos los boletos de cualquier rifa en contra.

Los orígenes de Quilapayún se remontan a 1965. Comenzaron en la Peña de la Universidad de Chile en Valparaiso, guiados por Angel Parra, su primer director musical. En una de las peñas de Valparaíso se encontraron con Víctor Jara, uniéndose a él. Hacen giras nacionales e internacionales pronto. Graban numerosos discos: Basta, La Muralla, Plegaria a un labrador, y La Chilenera, entre otros.

En 1970, el año de la victoria de Allende, Luis Advis, compone para ellos la que sería la obra más trascendente de la música popular chilena, La Cantata Santa María de Iquique, cantata clásica a base a interludios y canciones, que narra un encierro de mineros en un humilde Instituto técnico de Iquique, en 1907, que fue resuelto a tiro limpio por el Ejército con el resultado de un millar de salitreros muertos. Impresionante obra musical, que imagino cantarán en Viveros.

Cuando el golpe de Estado perpetrado por Pinochet, los miembros de Quilapayún estaban de gira por Francia. Y sobreviven con actuaciones por distintos países europeos. No pudieron regresar hasta 1989. A la vuelta se produjo una crisis interna del grupo, que se escinde en dos, quedando la mayoría de los históricos en el que nos visita, que, además, ganó en las estancias legales la discusión por la marca.

En la presentación de esta gira, Quilapayún canta: «Nosotros somos los que cantan. No los que ametrallan, no los que torturan, no los que golpean. Nosotros somos los que cantan€ Hay que seguir cantando por la vida contra la muerte, por la democracia contra la dictadura, por la justicia, contra la barbarie, por la verdad contra la mentira, por la poesía contra la prosa, por ustedes, cantando por nosotros, cantando por las estrellas, cantando».

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