¿Qué corrida trae Victoriano del Río para la Feria de Julio?
Valencia es de todo respeto y llevo una corrida de mi gusto.
El toro número 126, de nombre «Dalia», ¿tiene algo que ver con el que lidió Manzanares en La Beneficencia?
Sí, la madre del toro que va a Valencia es hija de la madre del «Dalia» de Madrid.
La pasada Feria de Fallas sus toros propiciaron el triunfo de Roca Rey. ¿Qué balance hace de la corrida?
Hubo dos toros, el primero, un cinqueño de nombre «Bolero», que fue el mejor de la tarde, y el cuarto, «Candidato», que resultó noble y se entregó a la labor de Roca Rey. El peruano tiene unas condiciones extraordinarias, pero necesita ese toro que se le venga y que trasmita porque lo demás lo pone él.
Su buena relación con Valencia empezó con aquel bravo «Aldeano», al que Sebastián Castella cortó dos orejas en la Feria de Fallas de 2010.
Sin duda fue un toro excelente, uno de los ejemplares más completos que he lidiado en el coso de la calle Xàtiva. Tuvo las virtudes de un superclase. Galopó de salida y metió la cara hasta el final.
Recordemos otro en la Feria de Julio de ese mismo año, de nombre «Forajido», al que también Castella le cortó una oreja.
Un ejemplar fiero, vibrante y que requería mucha concentración, de los que piden el carné. La bravura de «Forajido» es necesaria. Ese tipo de animales deben salir pero lo menos posible, porque las figuras se acuerdan de ellos durante mucho tiempo. Cuenta don Pablo Lozano una anécdota de El Guerra que viene al caso. Decía el califa cordobés: «Qué buenos son esos toros para mis compañeros de terna, pero no para mí».
No podemos olvidar a «Cantaor», número 55 de 570 kilos, lidiado por Jesús Duque el día de su alternativa en Valencia.
Ese ha sido otro de los grandes que he lidiado aquí porque transmitió y empujó desde atrás. Duque estuvo francamente bien y lo malo es que no le ha valido para mucho. Creo que es un torero que está injustamente atrás en el escalafón.
A «Cantaor» se le dio la vuelta al ruedo después de pedirle el indulto. ¿Entendió que no fuera indultado?
En este caso, dependió del criterio del presidente. A mí me hubiera encantado tenerlo de semental.
¿No se le pudo sacar alguna muestra genética «postmortem»?
Lo intenté pero no hubo manera. Los toros se vacían y hay veces que no tienen.
Hay otro toro importante de ese día como «Copito», número 97, de 560 kilos. La corrida del día 18 de marzo de 2014 marcó una importante dimensión ganadera.
Sí, a pesar de la cornada de Enrique Ponce, la tarde fue memorable. Es la mejor corrida de toros que he lidiado en Valencia.
¿Cómo definiría la bravura?
Perseguir la muleta hasta la extenuación. Cuando un toro quiere coger aquello que se le ofrece indefinidamente y con profundidad.
¿Y la casta?
Ese concepto que tienen los animales de defensa, lo que les provoca. Unas veces acuden a la contra, otras por inercia, y algunas para demostrar su poderío.
¿Cuál es la clase en un toro bravo?
La bravura es la base pero yo busco la obediencia. Los animales que son muy bravos son difíciles de dominar. Por eso, si no quieren coger la muleta de verdad por donde le marcan la salida tendremos un toro bronco con el que sale un pase bien y diez mal. Los animales deben poseer esa virtud para posibilitar que el torero cree una obra de arte con ellos.
Sus toros son demandados por las figuras del toreo. ¿Qué parte positiva y qué parte negativa tiene este hecho?
Las figuras piden mis toros en las plazas de compromiso porque los toros que crío son exigentes. En esto de las figuras nadie saca pecho. Soy un ganadero que tengo mis criterios y llevo más de 30 años seleccionando en mi ganadería y he conseguido estar donde estoy, unos años mejor que otros pero significa mucho estar en primera línea.
