'Canito' iba para figura del toreo pero una cámara de fotos se cruzó en su camino. Ha seguido en activo hasta sus 103 años.

No hay vida más documentada en la historia del toreo que Francisco Cano Lorenza, "Canito". Alicantino afincado en la capital del Turia, es fotógrafo de fotógrafos, amigo de sus amigos, artista, profesional y maestro. Y siempre con la gorrilla blanca.

El Ministerio de Cultura le ha concedido el Premio Nacional de Tauromaquia, dotado de 30.000 euros. ¿Qué va hacer con tanto dinero?

Me han dado más de doscientos premios pero quería que alguno fuera de dinero y éste lo es. Me voy a gastar el dinero en comida y con los amigos, no se puede ahorrar nada, hay que moverlo, y más a mi edad.

P: Se ganó pronto la confianza y la amistad de Dominguín, Manolete, Juan Belmonte, entre otros.

R: Todo el toreo es amigo mío, también sabían que yo fui torero profesional. Había gente que me tenía envidia. Un día estábamos en el Hotel Palace, Manolete, su apoderado Camará y su primo hermano Cantinflas. Éste le preguntó al maestro cordobés: "Manolo, qué bien se está hablando poco" y el diestro respondió: "Mejor se está callado". Y eso es lo mejor, estar callado, como dijo Manolete.

P: Cuénteme los mejores momentos de su vida€

R: Con Manolete he disfrutado mucho, las cacerías con Franco y Dominguín son también, porque Luis Miguel y yo éramos como hermanos. Y con los Bienvenida casi me he criado. También me divertí con Orson Welles, las noches con Hemingway en Pamplona las recuerdo mucho y sobre todo, con mi querida Ava Gardner me lo he pasado en grande.

P: El mejor momento con Manolete€

R: Con el maestro cordobés he pasado momentos muy buenos. El día de la desgracia de Linares me preguntó que cuantos hijos tenía, y yo le dije que más de diez a pesar de que un toro de Coquilla me arrancara los honores. Yo tenía cinco años más que él y me hablaba de usted. Ha sido el torero que más me ha impactado, con el que más he sufrido y el que más me ha hecho disfrutar. Ha sido una barbaridad. No habrá otro igual, siempre le recordaré.

P: Y de Belmonte qué me dice€

R: Fue una personalidad y su toreo una revolución. Me acuerdo que le hice una fotografía en un festival orinando y las máquinas de aquellos tiempos hacían un ruido raro y el "Pasmo de Triana" se me quedó mirando y me dijó: "Cano, ¿también meando?" Y le contesté: "Hasta meando tiene usted arte don Juan". Y empezó a reírse.

P: Con qué torero se queda, ¿con Juan Belmonte o Manolete?

R: Solo vi dos veces torear a Juan pero no se pueden comparar esos dos figurones porque son dos épocas distintas. Belmonte fue el padre de la Tauromaquia actual y trajo el toreo de cercanías. Pero el que más se ha arrimado aquí ha sido Manolete.

P: ¿Entonces después de Manolete está Carlos Arruza?

R: Sí, o Pepe Luis Vázquez y después Luis Miguel. Para mí todo el que se vista de torero tiene su mérito porque yo sé lo que es ponerse delante de un toro. Manolete, Pepe Luis Vázquez y Domingo Ortega o Luis Miguel Dominguín constituyen mi cartel preferido.

P: ¿A quién le ha llorado más a Manolete o a Montoliu?

R: A Manolete. Montoliu era amigo mío porque fue alumno de Paco Honrubia, banderillero de Valencia que hacía la suerte como pocos. Aquella fatídica tarde del 1 de mayo de 1992 le pregunté al jefe de sombra de la Maestranza que cómo estaba el hombre herido y me dijo que había muerto. Iba a empezar a llorar y me dijo que parara porque la gente no lo sabía. Fue una gran persona y un gran banderillero.

P: ¿La imagen de la cuadrilla de Manolete llevándolo a la enfermería le hizo rico?

R: Gane un dinero pero no me hice rico porque me engañaron.

P: Dicen que usted es el mejor fotógrafo taurino€

R: Eso dicen, yo no digo nada. A la gente le sorprendían mis fotos, por buenas.

P: Usted nació en plena época dorada del toreo, de todos los conceptos que ha visto, de todos los toreros que ha fotografiado, ¿con cuál se queda?

R: Con Manolete, se arrimaba lo mismo en Foios, que en Madrid o Sevilla. Los compañeros le decían que no se arrimara tanto a lo que él contestaba que pagaban lo mismo en todos los sitios.

P: Fotógrafo y torero ¿Usted cómo se definiría como torero?

R: Era muy valiente, de bragueta. De arte también andaba bien. La gente me admiraba. A mi me hubiese gustado llegar lejos como torero. Como bien saben quienes me conocen, también fui profesor de natación y boxeador, todo un deportista.

P: Aunando los dos conceptos, ¿qué hay que hacer para conseguir una buena instantánea?

R: Conocer el toreo y apretar en el momento. Ahora haces diez fotos y escoges la mejor. Antes, tenía que apuntar y disparar en el momento adecuado. Por eso, como fui torero, sabía el momento justo para disparar.

P: ¿Cuándo aparece la gorrilla blanca de Cano?

R: Gracias a mi hijo Vicente el mayor, que estaba trabajando en Alemania en la fabrica de automóviles Volvo y me envió un par de gorrillas blancas para España. Empezó limpiando y acabó de jefe supervisando el material realizado. Ahora, mi hijo tiene 80 años y me las hace un señor de Zaragoza.