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Entrevista

Miquel Suay: "Son tiempos de recuperar las dinámicas de los antiguos gremios"

"La Valencia Fashion Week podría volver como fruto de la reactivación del sector y sin imitar otras pasarelas"

Miquel Suay: "Son tiempos de recuperar las dinámicas de los antiguos gremios"

En primer lugar, enhorabuena por el premio que ha recibido en Barcelona. Los galardones siempre son bien recibidos.

Gracias. Que te lo den en Barcelona, con la sensibilidad y sustrato cultural sobre diseño y moda que tienen, siempre sienta muy bien. En casa los que he recibido ha sido hace tanto tiempo que ni me acuerdo de la sensación... Será que hay que generar certámenes para que haya premios o valoraciones.

Ahora tiene la oportunidad de generar esas plataformas. El pasado mes de mayo llegó a la presidencia de Dimova.

Más que generar plataformas para reconocimientos „que es importante por el tema motivacional„, hay una tarea pendiente con la moda valenciana y los diseñadores para que se reactive el sector, que tengan punto de encuentros para crear sinergias. Hay que intentar conectar el tejido industrial valenciano, tan mermado en los últimos años, con el diseño, con el concepto y manera de presentar el producto de manera diferente.

¿Qué retos se plantea?

El primer reto es la búsqueda de los actores del sector, saber quién forma parte de él y, una vez identificados, generar una reflexión sobre lo que debe ser la moda valenciana y a qué nicho nos debemos dirigir. Debemos escoger un camino que nos permita ser competitivos en un mundo global y globalizado. Hemos de buscar la raíz para ver en qué somos fuertes.

¿Cómo asume la responsabilidad de la presidencia?

Con el respaldo de que llevo muchos años en la asociación y de mis compañeros. Lo asumo de forma colectiva y no individual. Lo asumo como equipo. Pretendo que en la junta haya gente de diferentes visiones y sensibilidades. Así lo haremos bien.

La asociación ha estado muy parada...

Hubo un tiempo bastante parada porque hicimos unas acciones sujetas a líneas nominativas que nos concedía el IVACE e hicimos acciones de internacionalización. El dinero ha tardado tanto en llegar que esas acciones se tuvieron que asumir de forma personal por parte de los miembros de la asociación y eso hizo que la entidad se ahogara y se generara un malestar. Ahora ha ido llegando el dinero y se ha ido pagando. Ahora toca volver a proyectar y desarrollar acciones humildes y sencillas porque los recursos económicos e institucionales son limitados y complicados de conseguir. Hay que ver las claves de lo que era un antiguo gremio. Si todo el mundo interactúa intercambiando experiencias saldrán confluencias para que las acciones tengas valor añadido, ese es el camino. En los tiempos que estamos, de empezar de cero, las dinámicas de los antiguos gremios son muy positivas. Esto está muy vinculado con la slow fashion, la artesanía, pero acompañarnos de los elementos de nuevas tecnologías: plataformas de promoción en internet, es decir, funcionar y actuar arreglo a los tiempos que corren.

¿Se ha reunido ya con los responsables de las administraciones?

Tengo encima de la mesa reuniones con las consellerias de Economía e Industria, y con Cultura. Espero que después de verano podamos tener unos encuentros. Queremos presentarnos, contarles lo que queremos hacer y pedirles recursos, no solo económicos, sino para hacer un mapeo del sector, definir un libro blanco, un plan estratégico.

¿Qué acciones tiene en mente?

A partir de septiembre haremos encuentros, networking, con gente del sector. A partir de ahí se pueden plantear unas jornadas o congreso para ver qué quiere ser la moda valenciana. Cuando haya una estrategia concreta habrá capacidad para generar plataformas que necesiten el apoyo económico de las instituciones.

¿Se plantea la vuelta de la Valencia Fashion Week?

Por ahora el enfoque va más por potenciar la creatividad y la formación. Hay emergentes y otros intermedios que necesitan más apoyo de consultoría estratégica que de promoción expositiva sobre una pasarela. Antes se hacía una plataforma que valía millones y después se preguntaba quién subía a ella. El proceso, según las circunstancias actuales, deberá ser diferente. Sería posible una vuelta de la Valencia Fashion Week siempre que sea fruto de la reactivación de los diseñadores y de poner en común proyectos empresariales. Que se vea la necesidad real de que aparezca una plataforma y que tenga un nicho. Ese nicho, además, jamás será imitar a Madrid, Barcelona o Nueva York.

¿Y qué propone, entonces?

Tendría que ser un enfoque muy local. Me imagino formatos más pequeños, presentados en lugares particulares que refuercen la identidad del diseñador como presentar colecciones en espacios propios, o de artesanía, industriales... Hay que aprovechar nuestro patrimonio.

¿Qué falló en la extinta Valencia Fashion Week?

Una dirección excesivamente personalista y particular. En su momento planteamos que hubiera un comité que tuviera diferentes perfiles y que hubiera un gerente que desarrollara líneas estratégicas. También falló la no conexión con los canales de distribución. Teníamos que hacer soñar a la gente pero que hubiera conversión. No se habría necesitado las aportaciones institucionales tan grandes.

¿Cuáles son, en su opinión, los puntos fuertes y débiles de la moda valenciana?

Los fuertes: estamos en una tierra donde hay una creatividad tremenda, hay cultura y tradición. Por ejemplo, lo que hace Dolce&Gabbanna es excesivo respecto a la cultura siciliana, pero aquí tenemos igual tanto o más sustrato cultural como para generar nuevos discursos. Y aquí también entran los puntos débiles. Mira las espardeñas de los labradores: hasta que Lacoste no ha dicho que esto es la bomba y que la it girls de todo el mundo las tienen que llevar, era algo de paleto de poble. Es que estamos tontos. Tenemos los elementos y no los estamos aprovechando. Otro punto débil es que tenemos un sustrato industrial que era muy fuerte (calzado, accesorios...) y no se ha conectado con el proceso creativo. El modelo que quiero traer a Valencia es el de Bélgica. Llevaron a París el concepto de moda más vanguardista pero con el saber hacer que tenían. Amberes es una ciudad de turismo de moda porque hay personal shoppers de las instituciones que acompañan a los visitantes a los talleres de los diseñadores.

En sus redes sociales asegura que «toda la vida es un cambio»...

Es una actitud que viene de mis padres, la vida es cambio. Todo a nuestro alrededor cambia, nada permanece, ¿para qué negarte si la vida es cambio?

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