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Entrevista

Julián López 'El Juli': "El toreo no es de izquierdas ni de derechas, es del pueblo"

«Mantengo la necesidad de torear, me quedan la ilusión y la afición del primer día», asegura

Julián López 'El Juli': "El toreo no es de izquierdas ni de derechas, es del pueblo"

­­Julián López, «El Juli» (Madrid, 1982) tomó la alternativa en 1998 y ya de novillero llenaba las plazas. Se sucedían los triunfos y se convirtió en figura del toreo de forma irremediable e indiscutible. Dieciocho años después del doctorado no ha perdido un ápice de ambición tras casi dos décadas cargando con el peso de la temporada. Tiene en Olivenza, Badajoz, una dehesa donde pastan sus toros pues sintió el gusanillo por ser ganadero. Se llama El Freixo.

Son muchos años liderando el escalafón, ¿cada año pesa más la responsabilidad?

Es inevitable y comprensible. Pero siento una gran pasión por el toreo que sigo manteniendo aunque hayan pasado muchos años, y esa afición te hace mantener las ganas y la ilusión por mejorar.

Siempre se la ha mirado con lupa, ¿le exigen más que a los demás?

Es normal que a toreros con muchos años de actividad se les mire de otra manera. Y la gente sabe a quién debe exigir, pero sigo notando el cariño del público dentro y fuera de la plaza y es algo que me da mucha fuerza para continuar.

¿Qué queda del niño que arrasó desde la primera tarde de novillero?

Han cambiado muchas cosas, pero creo que sigo teniendo la necesidad de torear, de vestirme de luces y si no toreo estoy en el campo o tentando. Queda la ilusión y la afición del primer día, aunque hay pocas cosas más bonitas en la vida que las sensaciones cuando comienzas a torear, a vestir tus primeros trajes de luces.

De novillero llenaba las plazas día sí y día también, y ahora parece que cuesta más colgar el «no hay billetes».

Evidentemente la novedad se pierde, pero sigo percibiendo mucha expectación y ambiente en cada ciudad que visito. No sé si se habrá perdido afición, pero con los datos en la mano sigue siendo el segundo espectáculo con más asistencia de público en este país.

Los toros no tienen ideología pero su supervivencia parece ligada a un partido político. ¿Lo perciben así?

Siempre lo digo: el toreo no entiende de política ni de partidos. No es de derechas ni de izquierdas, es del pueblo. Aunque es innegable quién está apostando más por los toros de todos los partidos políticos.

Los toros reciben ataques, insultos y vejaciones, ¿está organizado el mundo taurino para responder a ello?

Hemos carecido mucho tiempo de eso, de falta de unidad. Se ha intentado alguna vez, pero faltó involucrarse de manera real y unidad. Ahora sí parece que todos vamos de la mano porque nos une una base principal frente estos ataques y con la creación de la Fundación del Toro tenemos un organismo preparado y estructurado.

Usted «explotó» en redes sociales con las salvajadas en contra de su compañero Víctor Barrio. ¿Los taurinos están indefensos ante la ley?

Totalmente. Es algo que no se puede permitir. Es cierto que reaccioné así porque eran momentos durísimos. Estuve en el funeral de Víctor Barrio y hablé con su madre y con su esposa. Y veía su dolor por una pérdida tan grande. No concebía tener que leer ciertas cosas que son absolutamente denunciables.

Parece que los taurinos tienen que aguantar insultos y poner la otra mejilla. Ustedes, que se juegan la vida, y los aficionados también. ¿Hasta cuándo?

Siempre he sido muy tolerante con cualquier opinión hasta que se rebasan ciertos límites. Me gusta escuchar al que se ha informado, se preocupa por saber de lo que habla y da su opinión, aunque sea contraria a la tuya, pero no comparto que se hable desde una moda sin tener conocimiento. No se debe consentir insultos o faltas de respeto.

¿Cómo va su ganadería, El Freixo?

Bien. Con tranquilidad. Es mi pasión. Es algo con lo que soñaba desde que era pequeño.

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