No es una licencia literaria: Lupita, personaje interpretado por Asier Etxeandia en La puerta abierta, tiene un club de fans. Bastante activo, por cierto, pues se personan en el preestreno del filme en los ABC El Saler de Valencia y les entregan dos chapas con un Lupita I love you serigrafiado a los culpables del fenómeno. Etxeandia y Marina Seresesky, actor y directora de la película, se desternillan.

„Pero la película aún no se ha estrenado...

„Es que ha estado mucho por festivales y creo que Lupita va a tener casi un spin off. Ha tomado una dimensión que va a salir de la película„ apunta la directora.

Lo cierto es que la película llegará este viernes a los cines con un buen trecho de su vida recorrido en certámenes. Ha cosechado premios en Guadalajara (México), en Tarazona y en Alicante. Los certámenes «ayudan a ver la película en terrenos insospechados. En Bulgaria, Rumanía, Shanghai... Y la gente se emociona con lo mismo», reflexiona Seresesky.

Parte del secreto es que la cineasta se rodeó en su ópera prima de un elenco poco novato: Carmen Machi, Terele Pávez y el propio Etxeandia forman el trío de La puerta abierta: la historia de Rosa, una prostituta (Machi), hija de otra prostituta (Pávez), que deambula por una rutina azul oscura, casi negra. A esa rutina pertenece Lupita, el travesti encarnado por Etxeandia, y de pronto irrumpirá en sus vidas un nuevo personaje, diminuto, que pondrá el argumento del revés. Actor y directora rechazan que, pese al oficio que acapara la historia, se trate de una película «sobre prostitución». «Tiene que ver con la imposibilidad de ser feliz; podría tratarse de cualquier profesión», aclara Etxeandia. Tampoco asumen que se trate de una comedia aunque en ocasiones haga reir: «Es la vida misma: el drama ajeno resulta gracioso», ahonda el actor.

El filme ha dejado ya un poso de felicidad inquieta entre el equipo y una promesa velada hacia Lupita y su alter ego: habrá un segundo proyecto juntos. Y eso que en un primer momento Seresesky pensaba en un actor mexicano para el papel. «Pero fui a ver El intérprete „último proyecto teatral de Etxeandia„ y me arrolló. Hacía mucho que no veía algo en un escenario que impactara tanto. Decidí que Lupita sería vasca», recuerda entre risas la directora.

Al otro lado de Cupido, ese intérprete conocía el proyecto de Seresesky y el personaje de Lupita. Fue tras la gala de premios del Festival de Alfàs del Pi cuando el representante del Etxeandia le contó que él era el elegido. «Me enamoré, del personaje y de la película», confiesa el actor. Dicen que durante un viaje entre preestrenos de esta película se les ocurrió un nuevo proyecto que abordar. «Pero yo antes tengo otros rodajes en los que nos encontraremos», advierte la realizadora. La llama entre ambos no se apagará tras este estreno.