Un héroe de la guitarra no se hace, nace. Pero, al mismo tiempo, tiene que trabajar mucho y batallar contra sí mismo para mejorar y crecer como guitarrista, sin prisa pero también sin pausa. A fuego lento, incendiándose los dedos día tras día.

A las largas sesiones de aprendizaje y práctica hay que sumar después el talento innato, junto a buenas dosis de carisma y creatividad. En última instancia, el aspirante a dios de las seis cuerdas debe tener una pasión incomprensible para el resto de los mortales, pues eso es lo que finalmente marca la diferencia.

Después, será la vida la que se encargue de poner los inevitables obstáculos, que serán sorteados con mayor o menor fortuna. Los siguientes guitarristas, sin duda auténticos héroes de diferentes épocas, aunaron todos estos requisitos y consiguieron su objetivo: entrar en el olimpo de la música con la guitarra colgada del hombro.

Chuck Berry

Berry estaba casado y con un crío, al tiempo que pasaba por diferentes puestos de trabajo y tocaba con diferentes bandas de blues de San Luis. Pero de repente esta última afición se convirtió en algo más que eso, tal y como cuenta el pianista Johnnie Johnson: Berry empezó tocando con el trío Johnson's en 1953, después de que el guitarrista habitual enfermara.

Gracias a su habilidad, su teatralidad y su rápido aprendizaje, el invitado terminó convirtiéndose en el líder de la banda. Berry firmó por Chess Records tan solo dos años después, en 1955. Johnnie Johnson tocó el piano en el primer single de Berry en solitario, Maybellene, que encabezó las listas de R&B ese mismo año.

Jimi Hendrix

Aunque Hendrix empezó a tocar profesionalmente desde adolescente y pasó años curtiéndose como guitarrista de refuerzo para artistas de la talla de Wilson Pickett, Sam Cooke y Little Richard, no se encontró a sí mismo hasta que se mudó a Londres en 1966.

El manager Chas Chandler alistó a Noel Redding y Mitch Mitchell para tocar con Hendrix en un trío que despegó cuando actuaron en una sala ante una audiencia conformada por miembros de los Beatles, Rolling Stones, The Who y Eric Clapton. Seis meses después Hendrix publicó Are You Experienced, el primero de los cuatro discos que lanzaría antes de su muerte en 1970.

Jimmy Page

Quizás sencillamente Page está destinado a tocar la guitarra. De hecho, él siempre ha contado que tocó por primera vez una guitarra cuando su familia se mudó a una nueva casa en la que los anteriores inquilinos habían dejado una olvidada. En poco tiempo estaba aprendiendo a tocar de manera autodidacta canciones de Elvis Presley, junto a otras que escuchaba en la radio británica de la década de los cincuenta.

El resto, por supuesto, es historia: una sesión de trabajo en Londres (incluyendo canciones de los Kinks y los Who) llevó a su paso por los Yardbirds, antes de que él mismo reclutara a Robert Plant, John Paul Jones y John Bonham para formar una de las mayores bandas de todos los tiempos.

Eric Clapton

Antes de convertirse en un Dios, Clapton fue solo un niño de 13 años con una amarga guitarra que resultaba demasiado difícil de tocar. Tanto que, durante un tiempo, dejó esta afición de lado. Sin embargo (y por fortuna), el instrumento en cuestión le era demasiado irresistible, por lo que comenzó a tocar de nuevo a los 15 años.

Al alcanzar la mayoría de edad en 1963 se enroló en los Yardbirds, arrancando así una de las carreras con más historia de la música popular, con una deslumbrante variedad de colaboraciones y una cifra espectacular de álbumes vendidos.

Pete Townshend

Aunque su padre tocaba el saxo en la England's Royal Air Force Band, la mayor influencia en el joven Pete fue el rock americano, particularmente Bill Haley and The Comets. La primera vez que vio la película Rock Around the Clock (1956) tenía 11 años, y desde entonces la vio una y otra vez hasta que una de sus abuelas le compró una guitarra.

Muy poco después ya estaba jugueteando en bandas con John Entwistle, y no pasó demasiado tiempo antes de que ambos se unieran con el cantante Roger Daltrey y el baterista Keith Moon.

Jack White

Jack White se preparó para ingresar en un seminario cuando era adolescente, justo antes de darse cuenta de que no podría llevar su amplificador consigo. Decidió entonces dar un bandazo a su vida y aprendió el oficio de tapicero con un fan del punk que animó a White a tocar la guitarra en un dúo.

Más tarde, después de abrir su propia empresa de tapicería, White propuso a su entonces esposa Meg la posibilidad de fomar un dúo, certificando el nacimiento de The White Stripes (y el inicio de una singular trayectoria como músico -ahora en solitario-, productor y distribuidor).

Dan Auerbach

Aunque Auerbach creció escuchando los viejos discos de blues de sus padres, el futuro cantante y guitarrista de The Black Keys no se tomó en serio la música hasta la universidad. En concreto, ocurrió cuando se concentró en tocar la guitarra después de caer bajo el hechizo difícil de evitar del bluesman del Mississippi Junior Kimbrough.

Aunque The Black Keys forjaron su propio sonido de rock y blues, la fascinación de Dan con Kimbrough resurgió en el EP que el dúo publicó en 2006 con el título de Chulahoma: The Songs of Junior Kimbrough.

John Mayer

Después de dar al Berklee Collage of Music una oportunidad durante dos semestres, Mayer se largó a Atlanta para tocar con un amigo en el dúo LoFi Masters.

Cuando rompieron, Mayer autoeditó un EP titulado Inside Wants Out que lanzó su trayectoria ascendente (el repertorio incluía No Such Thing, que sería su primer éxito, incluido en su posterior LP de debut, Room for Squares, y que llegó hasta el puesto 13 en el Billboard Hot 100).

Joe Bonamassa

No había forma de que Bonamassa pudiera escapar de la guitarra: sus padres regentaban una tienda que las vendía y él comenzó a practicar a los cuatro años.

Un breve aprendizaje cuando tenía 11 años con Danny Gatton colocó a Bonamassa en su actual camino, que incluyó su paso por la banda Bloodline, compartiendo cartel con los hijos de Miles Davis, Robby Krieger y Berry Oakley en los noventa, antes de que comenzara una carrera en solitario de largo recorrido con su álbum A New Yesterday en el año 2000.

Gary Clark Jr

Clark era solo un adolescente tocando en pequeños clubs cuando conoció a Phil Antone, el propietario del venerable club Antone's de la localidad de Austin (Texas). Impresionado por las habilidades de Clark, Antone le presentó a Jimmie Vaughan y le puso en el escenario con artistas como James Cotton y Hubert Sumlin.

No pasó demasiado tiempo hasta que llegó la llamada de Eric Clapton, quien invitó a Clark a participar en su Crossroads Guitar Festival de 2010, y más tarde le llevó como telonero de su gira brasileña de 2011. Más recientemente, también ha tocado con los Rolling Stones.