El actor Raúl Arévalo se pasa al otro lado de la cámara para estrenarse como director con «Tarde para la ira», en las salas españolas desde este viernes, con una historia que desde el principio quería que fuese «seca, sucia y dura».

En «Tarde para la ira», Arévalo se rodea de su amigo Antonio de la Torre (José) y de Luis Callejo (Curro) para contar cómo el pasado vuelve a sus vidas después de que Curro haya salido de la cárcel por un violento atraco sucedido hace ocho años. La mujer de Curro, Ana (Ruth Díaz) será la pieza fundamental que unirá las historias de todos.

«La idea era plantear cómo se enfrenta alguien normal, como podría ser tu padre o tu vecino, a una situación de violencia extrema», destaca el director, quien no obstante ha insistido en que «en ningún caso» su intención fue la de «posicionarse» respecto a estos conflictos.

En esta misma línea, De la Torre insiste en que «no se trataba de hacer moralina» con esta película. «Cuando una película intenta llevar al espectador por un sitio determinado se convierte en un relato menos interesante. En 'Tarde para la ira' hay 100.000 posibilidades abiertas, cualquier final es válido», resalta.

«Road Movie» en Castilla

El propio Arévalo define su película como «un thriller de suspense y venganza de barrio y 'road movie' de carreteras de Castilla». «Quise llevarme la película a mis ambientes, soy de Móstoles y me he criado en bares, mi padre era propietario de uno hasta hace año y medio, que se jubiló», resalta.

En cualquier caso, el director reconoce que en este proyecto que comenzó hace ocho años siempre tuvo en mente tanto a De la Torre como a Callejo en los papeles principales.