2084. El fin del mundo es el libro del año en Francia. Su traducción en español lleva el mismo camino, pues además de considerarse la secuela del apocalíptico 1984 de George Orwell, Boualem Sansal plantea un futuro donde el totalitarismo religioso se apodera del mundo, en concreto el islamismo, aunque sin citarlo expresamente. Quizás por miedo a las represalias, pues está en el punto de mira de los radicales islámicos. Sin embargo se niega a llevar escolta y solo acude a los actos desprovistos de visibles medidas de seguridad. Por eso estuvo ayer en Valencia, en el IVAM.

La novela, una inmensa parábola, describe un imperio ficticio, Abistán, donde todo lo acontecido antes de 2084 está prohibido, con el objetivo de borrar de la memoria de la población cualquier rasgo de libre pensamiento para acelerar la sumisión. Orwell publicó su Gran Hermano 35 años antes del título de su libro. El argelino se atreve con una predicción a setenta años vista.

Boualem Sansal aseguró en el salón de actos del IVAM que su libro «no es un manifiesto contra el islamismo, es un libro que habla de fanatismo religioso». El escritor, que vivió de joven el proceso de independencia de Argelia y la violencia de la guerra, encontró en George Orwell «un mediador». «Vivimos en la violencia del mundo y no sabemos cómo entenderlo. Necesitamos mediadores. Unos eligen como mediador a Dios y yo elegí a George Orwell. Descubrí su libro, erradicado por el régimen, en una librería de segunda mano, y me ayudó a entender cómo funciona un sistema totalitario», explicó.

El encuentro de ayer fue promovido por el Instituto Francés de Valencia, que contó con la participación del periodista Bouziano Khodja y la asistencia del director del Instituto Francés Gerard Teuliere y del director del IVAM, José Miguel G. Cortés.

Cortés, tras felicitar al escritor por el éxito y el interés de su reciente novela 2084. El fin del mundo, subrayó el espíritu de colaboración entre el IVAM y el Instituto Francés que ya se ha sustanciado en el apoyo a la exposición de Boltanski, todavía en exhibición, y en actos de especial interés como la presentación en Valencia de este encuentro con un intelectual como Sansal.

Asimismo, manifestó la «perfecta confluencia de este acto con una de las líneas de actuación del IVAM, como es mostrar todo lo que incumbe al mundo Mediterráneo como lugar de encuentro de culturas y de conflicto, como espacio de reflexión sobre las fronteras físicas y las del pensamiento». El director del IVAM también destacó que 2084. El fin del mundo es una distopía no tan lejana que «Sansal nos presenta con afán premonitorio y, a la vez, con el deseo de que no se cumpla la profecía».