­Hay que pasar rápido las salas introductorias para contemplar la fotografía en blanco y negro de unos jovencísimos Manolo Valdés y Rafael Solbes. Los dos artistas en pantalón corto, trabajan en su mítico estudio de la calle En Blanch, en la Xerea de Valencia, con el bote de pintura en la mano y un paisaje lleno de lienzos, pinceles, caballetes, acuarelas y obras a medio terminar. Ese instante explica el universo del Equipo Crónica. Luego hay que retroceder para empezar a saborear la antología más completa del colectivo que acercó la vanguardia.

El Crónica fue «un proyecto de gran audacia y singularidad» explicó Tomás Llorens, amigo, ideólogo y confesor del equipo. Por eso describe que en la exposición se pueden percibir los latidos de aquella época, «unos años complicados y confusos», que van desde la última década del franquismo, pasando por la Transición y hasta las primeras decepciones. La muerte prematura, a los 41 años, de Solbes en noviembre de 1981 supuso la desaparición del Equipo Crónica. Es imposible saber si la pareja hubiera continuado. Tuvieron una primera crisis hacía el 1971 que estuvo a punto de terminar en divorcio.

Solbes y Valdés eran metódicos. Llorens recuerda su capacidad de disciplina. Se metían en el estudio por la mañana, y con la obligada parada para comer, seguían hasta las tantas. Eso explica su vasta producción y la sinergia entre ambos. Uno podía parir la idea y el otro ejecutarla, exactamente igual para empezarla y terminarla. Sobradamente ideologizados y conscientes de la historia „sabían quienes eran Velázquez, El Greco, Picasso y Bertolt Brecht, como ejemplo básico„, polemizaron con gran potencia. Para ellos «pintar es como golpear», resumió Llorens, al tiempo que pronosticó que los mejores años del Equipo Crónica están por llegar. Si la exposición de la Fundació Bancaixa levanta la misma expectación que en su inauguración de anoche, seguro.

Antológica más completa

Boye Llorens Paters presenta una retrospectiva cronológica que parte desde los orígenes del movimiento de Estampa Popular hasta la inacabada serie «Lo público y lo privado». Se pueden ver obras inéditas, como unos setenta cuadros de su primera época comprados por coleccionistas italianos, y por tanto esta antológica es mejor que la de Bilbao del año pasado. Hasta allí fue el presidente de la Fundación Bancaixa, Rafael Alcón, y preguntó a los Llorens si era posible ampliarla en la ciudad que vio nacer al Equipo Crónica. Dicho y hecho.

Manolo Valdés también ha cedido parte de sus fondos para la exposición. Su ausencia planea sobre el Centre Cultural de la plaza Tetuán, cuando hace apenas dos semanas estaba en París con sus monumentales cabezas femeninas frente a las puertas del Hotel Ritz. Tomás Llorens mantiene que Valdés es uno de los grandes pintores contemporáneos, y cuando se le pregunta porqué su relación con Valencia se asemeja mucho a la de santo dominico Vicent Ferrer, contesta rápido: «la culpa es vuestra», o sea la prensa. Tener en Valencia lo mejor del Equipo Crónica es realidad, ahora el milagro sería que Valdés se digne a verla.