La cronología de esta exposición se detiene el pasado 1 de julio: «El Consell torna a l´estació de Jesús el seu nom», informa el último apunte de un relato que cruza toda la biblioteca del IVAM. Hasta llegar a ese punto se acumulan fechas y titulares de una historia tensa, tallada en las paredes de la resistencia ciudadana contra el poder político. De eso va Testigos de la ciudad. Activismos políticos y culturales en la Comunitat Valenciana. La nueva muestra del museo de arte contemporáneo mira al arte de soslayo en favor de un estudio documental del entorno. Carteles, libros, panfletos, discursos y fotografías ocupan las paredes del museo cediendo el protagonismo a núcleo asociativo crítico de la ciudad.

«No queríamos una exposición enciclopédica», matizaba en la inauguración Álvaro de los Ángeles, subdirector de actividades del IVAM y comisario de esta muestra. «Tratamos de analizar las reivindicaciones de los colectivos a partir de conceptos como testimonio, respeto, herencia y poder», exponía el comisario. Junto a él, en una presentación especialmente coral, estuvieron el director del centro, José Miguel García Cortés; el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona; y representantes de muchos de los colectivos que han alzado la voz desde los setenta en la ciudad: El Saler per al poble, Salvem el Botànic, El Casal de la dona, El llit del Túria és nostre i el volem verd, Xúquer viu, Per l'horta de La Punta, Salvem Cabanyal-Canyamelar, Abusos urbanísticos no, Lambda y la Asociación de víctimas del metro.

La muestra deja de lado la estética „aunque no del todo, pues hay carteles incluso realizados poe el Equipo Crónica, como uno que se añadirá próximamente a la sala„ para centrarse en las «estrategias» de esos grupos que se opusieron al poder. «Era importante que las piezas aquí expuestas fueran las realizadas por ellos», comentaba De los Ángeles, rodeado de toda la imaginería posible perteneciente al discurso de resistencia. El propio comisario ha observado, durante la selección del material, que «hay técnicas que se repiten: al final utilizan todo lo posible para darse a conocer». También, a medida que los movimientos maduran, apuntaba el comisario, «adoptan estrategias similares a las del propio poder, vinculadas con la propaganda electoral», sin olvidar el nuevo impulso merced a la explosión de las nuevas tecnologías y sus herramientas de difusión.

Todo suma, establecía el experto, en la «guerra de guerrillas» que plantean estas asociaciones contra los poderes fácticos: «Cuanto más larga es la lucha más posibilidades de ganar tienen estos grupos», ahondaba De los Ángeles a modo de conclusión.

«El arte es ideología»

Testigos de la ciudad funciona como «epílogo» de la otra exposición del IVAM que escudriña Valencia y sus límites, Perdidos en la ciudad, en las galerías 4 y 5. Es, por otro lado, la primera vez que en el museo se filtran contenidos llegados desde el tejido más crítico de la ciudad. «No se trata de una nueva línea», señalaba García Cortés. «Sí es cierto que se trata de contenidos políticos, pero no en el sentido de los partidos, sino en la visión crítica que ofrecen», abundó el director del centro, que zanjó el debate sobre el significado de la exposición con una afirmación de máximos: «El arte es ideología».

Al final, explicaba el máximo responsable del IVAM, se trata de que el centro «no puede ni quiere vivir al margen de los movimientos políticos, sociales y culturales de la ciudad» en la que se encuentra.