Dentro de la múltiple cartelera teatral de este fin de semana en Valencia, quisiera destacar Peer Gynt, el Gran monarca, la obra que representará la compañía madrileña Tejido Abierto en la Sala Russafa, hoy y mañana. Por un lado, es evidente, porque su núcleo es un texto de Ibsen. Pero también porque adquiere un mayor relieve ya que se trata de una versión y puesta en escena de Jorge Eines. Una figura de la que quiero destacar dos aspectos: por un lado, no todo el mundo sabe que detrás, o dentro, de algunos de los mejores actores de nuestro teatro y cine está el magisterio de Eines. Una praxis que no solo ha desarrollado en las aulas, sino que también ha dirigido alrededor de cuarenta espectáculos, y siempre de una manera innovadora y personal. A bote pronto, puedo señalar la inolvidable La gaviota, de Chejov, o El Precio, de Arthur Miller.
Eines nació en Buenos Aires, en 1949, y reside en España desde 1976, después de huir de su país tras la proclamación de la dictadura militar. Ejerció hasta 2001 la cátedra de Interpretación en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (Resad), una posición que abandonó para crear con viento fresco, a su manera. Los últimos años ha dedicado sus mayores esfuerzos a la escuela que lleva su nombre. Una escuela que tiene una posición muy clara, en tiempos de mixturas y confusiones. En síntesis, Eines aboga por la recuperación de Stanislavski, pero con una mirada contrapuesta a la interiorización excesiva que marcó Lee Strasberg en la famosa escuela Actor´s Studio de Nueva York
Por un lado, para Eines, el talento es conquistable, y lo subjetivo no es enseñable. Así, la pedagogía es una búsqueda de lo que ocurre en escena («teatro es lo que ocurre») desde un concepto de juego, mucho más eficiente, según él, que rememorar vivencias o la memoria sensorial. En efecto, jugar es dar una oportunidad a las sorpresas, y sorprenderse es una parte fundamental para acercarse al personaje.
Su inmenso talento práctico y teórico está estos días en el huracán de este Peer Gynt, este visionario que ve la vida desde el sueño, y que ahora se encuentra con referentes tan variados como El Quijote, Marylin, la entrega de Los Óscar, Los Fiordos o la Meseta Castellana. Una arriesgada estética, como siempre. No se lo pierdan.
