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Entrevista

Miguel Ángel Almonacid : «En los 80 se componía sin clichés, hoy hay mucho cantante de karaoke»

Profesor de música en el Conservatorio Profesional de Danza de Valencia. Autor de una tesis sobre el pop de los 80.

Miguel Ángel Almonacid : «En los 80 se componía sin clichés, hoy hay mucho cantante de karaoke»

Un día después de que Dylan se convierta en el primer músico en ganar un Nobel de literatura, Miguel Ángel Almonacid reflexiona sobre una redundancia: el conservadurismo de los conservatorios. Su tesis, Determinación de las características musicales de las canciones de mayor éxito del pop español de los 80, fue una minúscula revolución: la de adentrarse en un género denostado por las instituciones académicas. «El conservatorio reacciona tarde a los avances, debería mirar hacia fuera», reclama.

¿Hay recelos desde el conservatorio a la música popular?

Sí, muchos recelos. El músico clásico ha despreciado esos estilos tradicionalmente. Por desconocimiento. ¿Tiene más calidad una producción de Quincy Jones que un minueto de Bach? Evidentemente. ¿Dónde está la línea entre la música culta y la popular? Hay armonías de música clásica que se repiten en el pop, que también utiliza violines... Lo que creo es que hay que diferenciar entre música que tiene calidad y que no tiene. ¿John Williams es menos que Wagner porque estén sus obras en una película? Relacionamos calidad con estilo y eso es un error.

Buena parte de la música que llevan en el MP3 los alumnos que entran un conservatorio es pop...

Claro. En Valencia empuja mucho la tradición de bandas de música y eso hace mantener esta estructura de conservatorios. Pero muchos chavales salen de aquí escuchando en los cascos otros estilos. No se trata de mirar solo al pop, al rock o al reggae, también a composición para videojuegos, bandas sonoras, series... Son cosas a las que el conservatorio no termina de adaptarse. Las bandas de música hacen aquí una labor increíble que hay que mantener, pero hay cosas que vienen de fuera que hay que captar.

Su investigación parece una pequeña rebelión...

Siempre le digo a mis alumnos: «Haced que os guste todo». Entre dos músicos con la misma técnica, el más creativo se lleva el gato al agua y la creatividad hay que trabajarla abriendo la mente a otros estilos. En el pop, por ejemplo, hay mucha improvisación y eso te da recursos, porque hay músicos muy buenos técnicamente pero que son reproductores de partituras, no sabe qué hacer si les quitas la partitura.

Usted se centra en el pop de los 80. ¿Fue de verdad «la edad de oro»? ¿Está sobrevalorado?

Muchos críticos dicen que fue la segunda edad de oro. La primera fue la eclosión, en los sesenta. The Beatles acuñan un género y aquí se suben a la ola en los 60. Y fue un bombazo. El primer gran grupo del pop español es el Dúo Dinámico, que llega a tener un montón de Números 1. Los jóvenes empezaron a consumir ese estilo y dejar la copla para gente más mayor.

Ha ido a buscar nexos entre grupos en un movimiento que presume de ecléctico...

Lo bueno es que no había muchos clichés. Ahora hay mucho cantante de karaoke en el panorama español, patrocinado por OT y sus derivados: gente que afina muy bien pero no tiene más que aportar que su voz. Ocurre que este tipo de cantantes se abastece de compositores que escriben para muchos cantantes, luego el contenido es el mismo.

Destaca como elemento común que, de repente, quedaron absorbidos por el sintetizador.

Miraban lo que había fuera y lo incorporaban. Lo que me interesaba de los 80 es que se arrastra la tecnología hacia la música. A finales de los 70 utilizaban el sistema acústico y de repente llegaron los sonidos electrónicos. La mayoría cayeron rendidos a eso, incluso los grupos de rock. De hecho, grupos como Mecano comienzan en ese estilo, o Tino Casal. Luego se fueron haciendo sinfónicos.

Una acusación casi general a es a las letras. ¿No eran especialmente naif?

Es algo que va con el pop. En las que he analizado he visto absurdas, otras que no entiende nadie y otras que se dedican al amor o la fiesta. Santiago Auserón (Radio Futura), que se doctoró en Filosofía, reconoció que a veces cogían frases sueltas y las pegaban. Da la sensación de que la letra no era importante, sino hacer un tipo de música que gustara y evadiera.

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