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'En español' (sin coño tejeriano)

Jordi Savall.

Le concert des nations

palau de la música (valencia)

Obras de Locke, Vivaldi, Rebel, Marais, Telemann y Rameau. Dir. Jordi Savall. Músicos: Le Concert des Nations, Pierre Hamon (flauta de pico).

Todo discurría a las mil maravillas. Pero cuando Jordi Savall y su orquesta de instrumentos originales Le Concert des Nations ya habían culminado su concierto en el Palau de la Música con un rotundo y bien merecido éxito, y el maestro catalán explicaba al público que casi llenaba la Sala Iturbi pormenores del segundo bis que iban a ofrecer, pasó lo que pasó: «En español», gritó de forma estentórea un airado espectador desde la última fila del anfiteatro. Sólo le faltó el «coño» tejeriano para redondear la salida de tono. El exabrupto fue compensando y rechazado por el resto del público que reclamó «un poco de educación, ¡por favor!» y brindó una larguísima y espontánea ovación al maestro catalanoparlante. El suceso ocurrió mientras el reconocido músico y humanista que es Jordi Savall (Igualada, Barcelona, 1941) se dirigía en catalán con la naturalidad del pez que se mueve por el agua a un público que le escuchaba con la llaneza del agricultor de la horta que parla con las personas de su entorno.

La anécdota cobró grandeza con la inesperada reacción del políglota maestro. En medio del tumulto y de la indignación del aforo, y sin subir ni un decibelio el tono de voz ni mostrar una pizca de ironía, Savall miró de frente hacía la localidad origen del revuelo y en un perfecto castellano le dijo al airado espectador: «Disculpe, lo repetiré en español». Y siguió entonces parlando en su perfecto idioma de Cervantes. Incluso aprovechó la ocasión para «ya que estamos metidos en política» hablar y denunciar «temas serios de verdad», «como la injusticia en el mundo, la inmigración y las barreras y los muros que dividen a los pueblos». También de cómo «España esclavizó durante tres siglos a los africanos que llevaba a las Américas y ahora les impide la entrada».

Acababa de dirigir uno de sus bises más recurrentes: la Contradanza de la ópera Les Boréades, de Rameau, con el concurso de las palmas del público en plan Marcha Radetzky en el Concierto de Año Nuevo. Fue el colofón de un programa fascinante fascinantemente recreado. De belleza arrolladora, basado en músicas surgidas entre 1672 y 1764; «una amalgama de composiciones en las que la naturaleza es fuente de inspiración», como explica César Rus en las sabias y amenas notas que contenía el programa de mano.

Desde La tempestad, compuesta en 1667 por el británico Matthew Locke, hasta la selección en forma de pequeña suite con fragmentos de Rameau que cerró el programa, Savall y sus sobresalientes instrumentistas de Le Concert des Nations bordaron una exhibición de vitalidad y perfección. También destaparon la vanguardia sin tapujos que atesoran tantas composiciones de la mal llamada «música antigua», como la casi dodecafónica «presinfonía» Los elementos, compuesta en 1737 por el parisiense Jean-Féry Rebel (1666-1747), que es bastante más avanzada que obras del siglo XX como la Sinfonía Murciana de Manuel Palau o la ópera Goyescas de Granados escuchadas dos días antes en el mismo escenario.

Jordi Savall, maestro de maestros, lleva décadas amando, mimando y desvelando este esencial repertorio. Y lo hace armado en sabiduría, medios técnicos y un fondo humanístico y sensible que fideliza y otorga credibilidad. Cuenta para ello con un conjunto de tantas calidades como Les Concert des Nations, la orquesta de instrumentos originales por él mismo fundada en 1989. En Valencia brillaron con fuerza todas sus secciones y todas sus individualidades.

Las excelencias de cada uno de sus componentes se integran en la homogénea y contrastada unicidad de la mejor tradición, cualidad que asomó con fuerza en la interpretación que sin director bordaron del Concierto en Fa mayor para flauta y cuerda, La Tempesta di mare, seguida por Jordi Savall desde las butacas de coro y que contó con el protagonismo solista del flauta de pico Pierre Hamon, virtuoso miembro del propio conjunto savalliano.

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