El 25 de septiembre de 2011 permanece en el recuerdo de los aficionados a los toros como la última vez que se celebró una corrida de toros en La Monumental de Barcelona. Juan Mora, José Tomás y Serafín Marín fueron los diestros que actuaron aquella tarde en la que se desencadenó un auténtico torrente de emociones. Por una parte, la plaza a reventar —no cabía ni un alma— al gritó unánime de «¡libertad, libertad!»; por otra, la gran actuación del diestro de Galapagar que conseguía abrir la puerta grande del coso barcelonés por enésima ocasión. Pero la imagen que brilló sobre todas fue la de un jovencísimo torero catalán besando el albero del coso taurino de su ciudad, que no volvería a pisar hasta que el Tribunal Constitucional fallase a favor o en contra de la prohibición de los toros en Cataluña. Ahora, el sueño de volver a torear en su plaza está más cerca.