A parte del público al que se dirige el libro estos grupos les parecerán de la Prehistoria.
Pero esas generaciones aún son parte del rock. Cuando nació el rock creó un abismo y han pasado muchos años pero seguimos en ese abismo. Se habla mucho de la música electrónica, pero lo cierto es que ningún movimiento ha roto como el rock.
Acaba el libro con Amy Winehouse, Beyoncé... ¿Hacia dónde vamos?
No soy futurólogo. El rock me interesa como estudioso, aunque llevo años desconectado... Cuando estoy viajando por ahí no me entero ni de quién se muere. De la muerte de Bowie me enteré de potra, en Cuba. La verdad es que no me atrevo a decir hacia dónde va, porque hay muchas direcciones. Lo que sí es verdad es que los grandes conjuntos
siguen siendo rockeros.
¿Con internet los grupos duran menos en la cima?
Siempre he mantenido que la vida media de los grupos es de cinco años. Los Beatles tuvieron ocho pero en general, y a parte de los Stones, son cinco años hasta que empiezan los problemas. Eso ahora se ha acelerado muchísimo. Aún así, fíjate: hace 25 años escribí «El temps de l’oblit». En un momento de la novela los protagonistas van a un concierto de U2. Entonces había lectores que me decían que por qué no había puesto otro grupo de los de moda, New Kids on the Block o alguno de esos. Les dije: «porque U2 seguirán ahí dentro de 20 años». Y no me equivocaba.
En sus páginas los lectores encontrarán ahora un Nobel de literatura...
Estoy contentísimo. Y mira, te adelanto algo: en noviembre me voy a México y estoy acabando una biografía de Dylan para dejarla hecha antes de irme. La última que hice de él fue en el 78. Si vas a la Fundació Sierra i Fabra, en la entrada hay un cuadro de 2x2 en el que estoy jugando a ajedrez con Lennon mientras Dylan toca la guitarra, así que imagínate qué significan para mí. El premio se lo merece porque es un poeta; yo cuando voy a dar charlas a los colegios les digo que cuando lean poesía, además de Machado y Lorca, lean a Dylan, a Tom Waits o a Cohen. Cuando se dice que «todo está en el viento» es un verso suyo.
Entonces el rock no ha muerto... ¿Pero la era dorada sí acabó?
Sí, eso sí. Entre el 68 y el 73 cambió todo. Luego llegó la crisis del petróleo, hacer un disco se hizo muy caro...
¿Cree que el rock está denostado en la educación musical?
Sí, aunque con esto de Dylan ahora lo estudiarán en las escuelas. Ahora pasa que con los Ipods se escucha el 15 % de la música real. También se está perdiendo parte de la curiosidad: los jóvenes tienen Google para buscar en un momento qué músico toca qué, pero se busca menos.
