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"El reto es dirigir a Wagner y que la gente no salga con un espíritu bélico"

Reconoce que espera volver a Valencia como batuta de «El emperador de la Atlántida», coproducción de Les Arts

"El reto es dirigir a Wagner y que la gente no salga con un espíritu bélico"

Lleva desde las siete en pie, para hacer ejercicio y desperezar la batuta, que exige estos días horas de más ante un estreno como el Tannhäuser que hoy se escuchará en el Palau de la Música (19:30). Ha reducido las tres horas a unos 65 minutos para hacer este poema sinfónico más digerible al público del auditorio. «Wagner era un virtuoso y es musicalmente muy complicado tocarlo», señala Pedro Halffter (Madrid, 1971), admitiendo que está exprimiendo a los «geniales» músicos de la Orquestra de València.

De Wagner puede hablar largo y tendido Halffter. «He dirigido todo de él», apunta sin necesidad de hacer recuento. El romántico alemán le impresiona, entre otras cosas, por una grandiosidad que de haber nacido un siglo después «lo tendría haciendo cosas muy cercanas al cine». Conocedor de que es uno de los autores más reproducidos para el público contemporáneo, señala que el desafío es huir de los helicópteros de Apocalipse Now: «Hay un concepto buscado por Wagner que es la redención. Esa es mi intención respecto al público. Generar esa sensación y que la gente no se vaya con un espíritu bélico», comenta quien es un estudioso en la materia, consciente, cómo no, de la sombra que persigue al alemán «por el mal uso de sus valores» por parte del nazismo „Wagner facilitó este apoderamiento con escritos antisemitas„, «pero incluso Barenboim dijo que había que separar esto de su música».

Halffter, el gestor

El propio Halffter estrenó Tannhäuser en Sevilla hace apenas unas semanas, en la versión con ballet con la que Wagner sorprendió al público de París en 1861. Hay cierta vocación en su batuta, que también dirige la programación del Teatro de la Maestranza, en sorprender a la audiencia: «A veces el público es más valiente de lo que nos pensamos», señala, «lo que pasa es que exige un mayor trabajo de promoción programar El rey Candaulo que La Traviata. Pero tenemos que explicarle al público que confíe en nosotros», reflexiona, incidiendo en el fenómeno que distancia al público de la música clásica de, por ejemplo, el cine: el riesgo de la novedad frente a la comodidad de lo conocido. «Cuando alguien va a ver una película espera algo nuevo e incluso si la película resulta ser malísima volverá al cine a por algo nuevo; tenemos que conseguir eso», concreta.

Sin el riesgo, añade, no habría ni Carmen ni la propia Traviata en los repertorios. En esa línea, dirigió en junio dirigió en el Real El emperador de la Atlántida, partitura de Viktor Ullman, que murió en Auschwitz en 1944. «A la partitura le faltaban algunas partes por rellenar y me abrumaba, porque se trataba de una música que estaba caricaturizando a Adolf Hitler», confiesa el compositor, empeñado en recuperar a autores como Ullmann, «que ayuden a explicar esa parte del siglo XX para que la tengamos siempre presente, más ahora». Halffter dice que espera poder acercar esa ópera en un futuro a Valencia y no es difícil, pues está coproducida por Les Arts.

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