Han tenido que pasar 17 años para que José María Yturralde (Cuenca, 1942) vuelva a Valencia con una exposición individual. Lo hace en la sala Martínez Guerricabeitia de La Nau y bajo el título Yturralde. Cartografías de lo sublime. La muestra se compone de 11 obras de grandes dimensiones, un conjunto que supone el regreso pictórico y colorista de este referente mundial de la abstracción. Las piezas abarcan sus trabajos más recientes „de los últimos cinco años„; algunas, incluso, las acabó el pasado mes de octubre.

El propio Yturralde señala que con su obra pretende «crear espacios de meditación, encontrar un lugar más trascendental» de lo habitual. En esta línea, asegura que intenta llegar «a la esencia del conjunto de relaciones de una obra, como son el tiempo, el espacio o el color», «hacer visible la infinidad» y, sobre todo, «transmitir emociones». Para el artista, el objetivo es «proyectar la emoción que me transmite el saber. El arte es una forma de conocimiento», asegura.

La exposición, que puede visitarse hasta el 29 de enero, se compone de uno de sus últimos Postludios hasta los trabajos dentro de la serie circular Enso o de una incipiente línea de trabajo, visible en Citrinitas, donde son fundamentales las variaciones cromáticas hacia los límites del soporte o rectas que rigen en la composición.

La obra de Yturralde que se expone en La Nau mezcla obras monocromáticas, con grandes extensiones graduadas, con aforismos pictóricos o haikus visuales, dentro de los que la inmensidad de aquello que se puede conocer se condensa en términos plásticos esenciales. En otras es el poder del vacío el protagonista. En todos los casos, la luz y, sobre todo, el color desempeñan una importancia fundamental para hacer ver esencialmente aquello que es inasible, para llegar a lo sublime.

Ventana a dimensiones

«Pretendo que las obras ayuden a pensar, a meditar, que sean una ventana para abrir dimensiones. De la misma manera que la mirada de San Francisco de Zurbarán, que se exhibe en el Museo Fine Arts de Boston es capaz de transportarte a otro lugar, persigo llegar a ese estadio de consciencia a través, por ejemplo, de mis abstracciones», señala Yturralde. En la sala se exhiben además sus horizontes, unas obras en las que, según explica, retratan el origen: «Todo surge ahí, en el horizonte, como recuerda un proverbio tuareg, el horizonte es la morada de lo terrenal y lo celestial».

La exposición está organizada y producida por la Universitat de València y el Colegio Mayor San Juan de Ribera de Burjassot. Cuenta, además, con las colaboraciones de la Col·lecció Martínez Guerricabeitia de la Fundació General de la UV y la Galería Javier López & Fer Francés (Madrid).