Tras algo más de 30 años de trabajos, el Museo de Bellas Artes de Valencia ha dado por concluidas las obras de su proyecto de rehabilitación y recuperación. El hito se formalizó ayer en un encuentro a tres bandas: Gobierno central, autonómico y local.

El secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, visitó ayer la pinacoteca acompañado por el conseller de Cultura, Vicent Marzà; el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, y el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, entre otros.

Para Benzo, este fin de la quinta y última fase de recuperación del antes conocido como San Pío V «no es el final», ya que aún tiene que afrontar asuntos pendientes, «nuevos retos en el horizonte». Los más urgentes están claros: un plan museológico «ambicioso», la adecuación del entorno y el debate sobre el modelo de gestión.

El primer puntal del museo (quizás el más importante) es la puesta en marcha de un proyecto expositivo. Sin él, los nuevos espacios presentados ayer no son más que habitaciones en blanco. De hecho, las salas rehabilitadas no podrán ser visitadas hasta que no tengan contenido. Lo que sí podrá contemplar ya el visitante es la restauración de la planta baja, el claustro, el patio del Embajador Vich y la biblioteca, avanzó a este periódico el director del museo, José Ignacio Casar Pinazo. Para Benzo, este plan „presentado por Casar en marzo y al que el ministerio puso objeciones a su «valencianidad»„ debe ser la «esencia, personalidad y relato del museo», señaló Benzo. Ahora queda que Madrid de luz verde a ese plan „junto al resto del patronato del museo„ para llegar a los plazos previstos. Según Casar Pinazo, el «nuevo» museo, con el plan en marcha, podría estar listo a finales de 2018 o principios de 2019.

Para avanzar en esta línea, según ha podido saber Levante-EMV, tras la reunión que conselleria y ministerio mantuvieron ayer después del recorrido por el museo, se planteó la creación de una comisión técnica para avanzar en la puesta en marcha de este plan, que dote de discurso expositivo a la segunda pinacoteca de España. Esta comisión estará integrada por técnicos del propio museo y del ministerio.

Para Benzo, San Pío V tendrá una «magnífica muestra del arte valenciano, pero también de sus colecciones góticas, italianas y flamencas», y se negó a establecer una dicotomía entre el «concepto de arte valenciano y arte español, o museo valenciano y museo español».

Respecto a la adecuación del entorno, aseguró que «habrá que dar una solución» «y el alcalde sabe que contará con nosotros para ello». Ribó aprovechó para recordar al Ejecutivo central el compromiso de que este proyecto de ejecución „que comprende las calles Flora, Pintor Genaro Lahuerta y la Volta del Rossinyol„ esté hecho en mayo y que las obras se liciten este año 2017. Se toman „según fuentes municipales„ las palabras del secretario de Estado como un compromiso del ministerio de que se cumplirán los plazos previstos.

«El Museo de Bellas Artes de Valencia es la segunda pinacoteca del Estado y es muy importante que el Estado sepa que debe tener unos recursos como los tiene la primera [en alusión a El Prado]», dijo Ribó.

En cuanto al modelo de gestión, el conseller Marzà recordó que la Generalitat seguirá reclamando la «máxima autonomía» jurídica al museo, que a su entender pasa por la fórmula del consorcio entre las administraciones autonómica y estatal, junto a la Real Academia de San Carlos.

Cinco fases y 31 años

La quinta y última fase, en la que el ministerio ha invertido 10.855.090 euros, ha intervenido en distintas zonas del museo, entre las que destacan la construcción de un nuevo acceso por los Jardines de Viveros; la rehabilitación del edificio claustral, eliminando los balcones añadidos en el siglo XIX; la rehabilitación del «Coloseo» para su uso como biblioteca; la ampliación de la zona expositiva, con nuevas salas en las galerías del edificio claustral, en la galería superior de la cúpula y en la primera planta del patio del Embajador Vich. Además, se ha llevado a cabo la construcción de almacenes y la mejora de zonas destinadas a la Real Academia de San Carlos.

Esta última fase comenzó en noviembre de 2013 y estuvo precedida por otras cuatro. La primera „tras el acuerdo entre Estado y Generalitat en 1984„ arrancó en 1986 y rehabilitó el ala este del edificio claustral. La segunda de estas obras no comenzó hasta 1990 y consistió en la recuperación de la cúpula. La tercera, en 1993, dotó al museo de salas de exposiciones temporales y rehabilitó el bloque lineal destinado a oficinas. La cuarta, entre 1998 y 2004, tuvo como objetivo la ampliación mediante la creación de salas para alojar la colección permanente, así como nuevos almacenes y talleres.

Con la quinta ya culminada, según los plazos previstos, habrá que esperar hasta finales de 2018 para que en las paredes de la zona recuperada haya algo más que extintores y las señales de salida de emergencia.