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Nuevos proyectos

"El Arte, con mayúsculas, hace años que se ha tomado vacaciones"

El artista valenciano Uiso Alemany prepara exposiciones en Brasil y China, donde prevé trabajar alrededor de cinco meses

"El Arte, con mayúsculas, hace años que se ha tomado vacaciones"

Si nada cambia sus planes, mañana mismo Uiso Alemany (Valencia, 1941) viajará a Brasil, a Sao Paulo, donde ya cuenta con su estudio y pasa varios meses del año. Ya tiene nuevos proyectos por el país sudamericano, un mercado que conoce bien: una nueva exposición y buscar nuevo estudio en Salvador de Bahía. Al mismo tiempo, su proyecto en China, que ya avanzó este periódico, arrancará seguramente en abril. Allí cree que podría permanecer entre cinco o seis meses. Explica que, después de un riguroso programa —casi de inmersión en el país asiático—, le pondrán «todos los medios» para trabajar. La obra la creará allí.

Ni las fronteras o idiomas parecen un obstáculo para Alemany. Le precede su carácter nómada. A los 18 años dejó Valencia para una estancia de doce meses en Alemania que se convirtió en un viaje iniciático por media Europa.

Pero estos dos proyectos son los únicos que se deja arrancar el artista, que asegura que no le gusta hablar de sí mismo. «Lo importante son los conceptos», sostiene. De ahí que lamente que «el Arte, con mayúsculas, desde hace años se ha tomado vacaciones; no sé dónde está», critica. «No veo Arte por ningún lado. Lo que se produce ahora son millones de objetos; estamos en un mundo de objetos basura, que no tienen interés y en el que solo se pontifica lo que dicen los grandes marchantes, los críticos internacionales, los directores de museos o galerías top», añade. Además, sostiene que «el Arte no necesita ayuda de nadie porque es muy puro, pero las verdaderas obras de arte, esas no están en los circuitos».

Flores entre la basura

Sin embargo, otorga un respiro a la especie: «el ser humano es el único que hace Arte, no lo produce porque eso deriva en un producto; es una necesidad expresarse a través de él». Es más, matiza, «el Arte no ha muerto porque el ser humano lo necesita, pero le ha invadido el negocio; el verdadero arte son como las florecitas que están en mitad de la basura, pero corre el riesgo de ensuciarse también», advierte. «Solo si es muy caro parece que valga algo, y parece que no ha posibilidad de sobrevivir dignamente sin entrar en ese circo», lamenta.

En cuanto a la industria, critica que «en este país hay mucha mediocridad respecto al arte, no interesa a los políticos y se queda en la orfandad. El gran capital, además, ha hecho que los grades empresarios que antes compraban obras para presumir ya no les interese adquirirlas».

Con una mirada fuera de ese «negocio», su discurso es más introspectivo. «Yo necesito vivir y pintar, si no me muero», dice tajante. De lo que él crea asegura que le gusta que las obras las complete el espectador. «Las obras no se explican, se gozan». De ahí su teoría de que el título de una pieza «ya condiciona al espectador de lo que debe ver».

A veces, incluso ni el propio artista conoce lo que sale de sus pinceles. «Pinto sin saber lo que voy a ver después, luego lo miro y lo descubro. Hace poco pinté, sin saberlo, Alepo. Fue fruto de toda la información que nos llega cada día. Pero yo no diré lo que es, ya lo dirás tú cuado veas la obra», señala.

Esta libertad de interpretación también se vincula con su visión de la profesión. «El artista es un tipo bastante loco, que no quiere seguir el camino ya abierto en la selva, sino que quiere abrir el mismo nuevas sendas, descubrirlas», observa Alemany. Y pone como ejemplo al Greco. «Es más actual que, incluso, los artistas de hoy en día, le gustaba la libertad y esta es condición indispensable para el Arte, en él no se pueden dictar normas».

Contra la cultura bunkerizada

De ahí que le molesten los «departamentos bunkerizados de la cultura». «Filosofía, Arte, Arquitectura o Matemáticas, todo son los mismo», puntualiza.

La educación en el arte también un tema que preocupa a Alemany. «Ahora no se educa en esa sensibilidad y el mal gusto nos lo han creado, no es que el individuo lo tenga interiorizado». «La naturaleza es bellísima en todos sus aspectos, no tiene nada feo, pero el ser humano la estropea», critica. Y apunta al negocio: «las nuevas generaciones trabajan para el éxito, para la moda y yo me pregunto: ¿cuándo van a expresar emociones?».

Les sacude y recuerda que «el mundo del Arte es apasionante». Le fascina en todos sus aspectos, tanto que incluso asegura que «si no hubiera sido pintor habría sido músico», concluye el artista.

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