La de ayer fue la gran noche de la ópera en Valencia. Al fin, La Traviata más esperada, la más buscada, la que reunió a los rostros más distinguidos del panorama nacional e internacional subió a las tablas del Palau de les Arts.

El maestro de la alta costura, el diseñador Valentino Garavani, productor de esta versión de la obra de Giuseppe Verdi y autor del vestuario de la protagonista, Violetta Valéry, fue el responsable de que la reina Sofía volviera al coliseo valenciano después de tres años de ausencia. Su última visita a Les Arts fue para asistir al estreno de La forza del destino, también del compositor italiano, en 2014, aún con Helga Schmidt como intendente del teatro.

La reina emérita llegó al auditorio que lleva su nombre a las 19.50 horas acompañada del presidente de la Generalitat, Ximo Puig; los consellers de Transparencia, Manuel Alcaraz; Justicia, Gabriela Bravo; y Hacienda, Vicent Soler; el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, y el alcalde de Valencia, Joan Ribó.

La madre de Felipe VI fue también recibida a su llegada al coliseo por el intendente-director artístico de Les Arts, Davide Livermore; el tenor Plácido Domingo, que encarna el papel de Giorgio Germont; el director creativo de la casa Valentino, Pierpaolo Piccioli; la actriz Monica Bellucci, el propio Valentino Garavani y Giancarlo Giammetti, ambos productores de la versión de esta obra de Verdi para la Ópera de Roma.

Ante fuertes medidas de seguridad „un helicóptero y cerca de una decena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía„ los protagonistas de la noche posaron frente a los medios gráficos en una noche en la que los termómetros marcaron menos grados de lo habitual en la ciudad. Tanto es así que Giammeti ofreció su fular a su socio, que rehusó aceptarlo. Sin embargo, el frío obligó al diseñador, de 84 años, a pedir su propio abrigo a un amigo pocos minutos después, mientras esperaba la llegada de la reina.

La más esperada de la noche fue, sin duda, la popular actriz Monica Bellucci, que saludó como establece el protocolo a la reina, al igual que su amigo Valentino. La actriz italiana posó durante varios minutos frente a los medios gráficos, rememorando el furor que causó en la alfombra roja de Roma, durante el estreno absoluto de la obra.

Mientras tanto, el asombro reinaba entre ciudadanos y turistas que quisieron acercarse a las inmediaciones del coliseo para ver a la reina emérita, al diseñador y a rostros conocidos de cerca. Igualmente, los que sí tenían entrada para esta primera representación „con la soprano Marina Rebeka, en el papel de Violetta Valéry, y Arturo Chacón, en el de su enamorado Alfredo„ y que accedieron al coliseo por otro espacio habilitado sobre la pasarela, tampoco dudaron en captar con sus cámaras y teléfonos móviles la llegada de las autoridades y celebridades invitadas a la obra, que supone el debut en la producción lírica del diseñador italiano.

El modisto explicó el pasado martes durante la presentación de la ópera „que cuenta con la dirección musical del valenciano Ramón Tebar„ que esta producción «es como un gran sueño hecho realidad», porque desde siempre se ha sentido «fascinado» por la lírica y por su capacidad para crear «mundos fantásticos y modernos a través de una música maravillosa y atemporal». Su pasión por este arte le llevó a diseñar en 1994 el vestuario para una ópera inspirada en Rodolfo Valentino, que puso en escena el Kennedy Center en Washington. A esta le han seguido otras experiencias, como el despliegue de trajes en la gala Valentino en el New York City Ballet y el Concierto de Año Nuevo de Viena. Por tanto, este nuevo montaje es un acontecimiento muy importante para él, además de tratarse de uno de los primeros proyectos apoyados por la Fundación Valentino Garavani y Giancarlo Giammetti.