Daniel Barenboim aterriza en el Palau de la Música con su nuevo piano, creado e ideado por él mismo para generar un sonido especial. Mañana interpretará un recital con las sonatas número 9, 16 y 21 de Franz Schubert.

El jueves, con la Orquesta de Valencia dirigida por su director Yaron Traub, será el protagonista del tercer Festival Beethoven, con motivo del 30 aniversario del Palau, y sonará la sinfonía núm. 6 en fa mayor, op 68, «Pastoral» y el concierto núm. 5 para piano y orquesta en mi bemol mayor, op. 73. «Emperador».

Daniel Barenboim (Buenos Aires, 1942) llegó ayer a Valencia acompañado de su inseparable piano. Si la presencia del director de orquesta y pianista argentino-israelí ya es un júbilo para los melómanos, el concierto con el singular instrumento ha desatado el entusiasmo entre los aficionados. El piano diseñado por Barenboim junto al fabricante belga Chris Maene tiene las cuerdas rectas y paralelas en lugar de diagonales, como pasa con la mayoría de los pianos modernos. Y está basado en la versión restaurada del piano de List que el músico utilizó en un recital en 2011.

Según los críticos que asistieron a los conciertos del maestro en Madrid y Barcelona en noviembre pasado, el nuevo piano genera un sonido más transparente y cálido que el de los instrumentos clásicos. Un efecto que se observa en el último CD de Barenboim, publicado a principios de noviembre por el sello Deutsche Grammophon, bajo el título On my new piano.

4.000 horas de trabajo

Ese piano otorga una alternativa nueva de sonido y hace pensar más en el uso del pedal, según sostiene el maestro. Su construcción ha durado 18 meses y ha supuesto 4.000 horas de trabajo. La intrahistoria del mediático artilugio remite a septiembre de 2011, cuando en una visita a Siena, Barenboim pudo utilizar el piano del compositor húngaro Franz Liszt (1811-1886) que había sido restaurado recientemente. Aquello le inspiró a fabricar uno nuevo que combinara «el sonido de antes con los avances técnicos de hoy», tal como declaró hace dos años.

Ese piano lleva el nombre de Barenboim-Maene, y el maestro lo presentó en Londres en mayo de 2015 en una serie de cuatro conciertos sobre Schubert durante el Royal Festival Hall.

¿Pero hacía falta un piano distinto? Según Barenboim, evidentemente sí. Como sostiene el crítico musical Pablo Gianera, del diario argentino La Nación, «el gesto radical de Barenboim consistió en salirse de su campo y en haber buscado una solución tecnológica a un obsesivo problema técnico». El critico argentino mantiene que esta decisión resulta más propia «de un compositor preocupado por la filosofía del arte que de un intérprete».

El «milagro», según Traub

El director de la Orquesta de Valencia, Yaron Traub, por su parte, avanzó a Levante-EMV que está previsto que el maestro Barenboim ensaye durante dos días con la formación del Palau de la Música. «Es un gran maestro, compañero de compañeros, cercano y fácil en el trato», señaló el director israelí. Además, quiso hacer hincapié en el «milagro» obrado por Barenboim al «hacer un hueco en su agenda para venir a Valencia». «Es una gran suerte», matizó el batuta del Palau.

Traub destacó, además, que el pianista y director llega a Valencia con un «repertorio muy bonito y que conoce bien». Apuntó también que la formación que dirige esta «muy emocionada» por comparir el escenario con un maestro de la talla de Daniel Barenboim.