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«Actúo solo para niños, para el que todos llevamos dentro»

«Actúo solo para niños, para el que todos llevamos dentro» EFE/Víctor González

Magia potagia y aparece en València. ¿Cómo va a ser el espectáculo con el que hoy y mañana llega a la ciudad?

Habrá magia, efectos misteriosos, espiritistas, levitación de objetos, telepatía... Vamos a aderezarlo con mucha alegría, risa y fiesta. Que sea todo juego y participación. Eso hace que sea muy jazzístico, en el sentido de que voy a hacer un juego y de repente cambio y hago otro o acaba de una forma inesperada. Le da un aire de improvisación.

La improvisación en magia no parece fácil.

En mi estilo, sí. Es más, lo prefiero. Si algo sale mal, no importa porque lo transformas, cambias sobre la marcha.

Esa capacidad la da la experiencia.

Ayuda la actitud de saber que estamos jugando a que tengo poderes. Es muy importante el espectador, que para mí son espectactores porque juegan a creérselo. Cuando juegan no hay esa gravedad de ver los fallos.

¿Veremos al Juan Tamariz de siempre o habrá sorpresas?

El estilo soy yo mismo, pero sí hay juegos que no he presentado en València. En mi estuche de violín llevo material mágico para seis horas. La magia tiene una cosa muy bonita: el que ve un juego quiere volver a verlo. Eso le da más encanto.

¿Su combinación de magia y humor es la clave de su éxito?

Si el éxito es que me contratan, vienen a verme y poder hacer lo que me gusta desde niño, sí. El éxito —y te voy a contar un secreto que no he revelado nunca— es gracias a mis ojos azules. Yo hago magia, aunque la gente se ríe en mis espectáculos. Algunos juegos son muy serios, otros dramáticos. No tengo chistes preparados, ni un guion. Actúo como en una fiesta de cumpleaños.

¿Cómo animaría a un escéptico a dejarse llevar por la magia?

No hay escepticismo porque nadie dice que sea verdad. Sabes que hay un secreto. La magia es un arte bellísimo y muy complejo. Hay juegos que duran seis minutos en escena, pero que los he trabajado durante dos o tres años.

Cada vez hay más magia sobre los teatros.

Cuando empecé había quien decía que era un arte caduco, solo para niños... Yo creo que es solo para niños; yo actúo para el niño y niña que todos llevamos dentro y que las capas duras no dejan salir.

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