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La biblioteca de Rodolf Sirera

El gran inventor de personajes habituales

«Islandia tiene una población de 330.000 habitantes, como la ciudad de Alicante, y son capaces de producir series bien hechas, como "Atrapados", y exportarlas»

El gran inventor de personajes habituales

Seducidos con algunas series televisas estadounidenses de gusto cuestionable, a veces desestimamos producciones propias con talento. Aunque hace años un estudio negará que Vicent Ferrer se sacudiera las alpargatas, la leyenda sobre aquel desdén del santo, en su despedida de València para no querer ni el polvo de sus calles, sigue viva. Salvando el ministerio del tiempo, Rodolf Sirera (València, 1948) ahora está de profeta en su tierra, después de veintidós años de ostracismo, los tiene anotados.

Con dos obras en cartel, Trio „en el Rialto„, y El verí del teatre „en el Micalet„, presencia diaria en Amar es para siempre y terminada la adaptación de La catedral del mar, Sirera, que en los próximos días alcanzará una edad mitológica, es el dramaturgo y guionista valenciano más universal. Sus tramas y personajes solapados en la cotidianidad salen desde Ciutat Vella. En su vivienda enfrente del desaparecido Valencia Cinema, la mítica sala que demostró que el teatro era un elemento esencial de la cultura contemporánea, dispone de una parte de su biblioteca, con extensión principal en La Canyada y prolongación marina en la mejor zona de Ibiza. Dos refugios donde huye cuando el trabajo aprieta y las musas andan de vacaciones. Escritor de mucha intensidad, mantiene música de jazz de fondo mientras trabaja.

«¡Lo único que me interesa es el estudio del comportamiento humano! Los seres humanos son cosas reales, cosas vivas, y este estudio produce en mí mayor placer que todas vuestras obras de teatro?», dice el marqués de El verí del teatre (1978) su obra más representada y traducida, que se puede ver de nuevo en el Teatre Micalet, protagonizada ahora por dos actrices. Sirera lleva el argumento al París de 1784, donde un marqués llama a un actor para que le interprete un fragmento de una obra suya. El actor, manipulado y dominado por el marqués, interpreta la pieza de manera extremadamente realista, rompiendo la convención escénica.

Trio, su última obra, está en cartel en el Rialto y conecta, en clave de comedia con El verí del teatre, donde de manera incisiva analiza la situación teatral y su compatibilidad con la televisión. Los dos géneros que domina Sirera. «Trio me ha ayudado mucho después de años sin hacer teatro».

¿Qué le ha pasado con el teatro?

Hasta mediados de los ochenta estrenaba con cierta regularidad, pero entre que los autores dejaron de interesar y empecé con la televisión, me desconecte del teatro.

La televisión

Rodolf Sirera pertenece a una generación que confió mucho en la cultura tras la instauración de la democracia. Destacado autor de teatro progresista „fue codirector del Principal con Armando Moreno en 1979, con la primera Diputación democrática tras el franquismo„, entonces la televisión era despreciada por las élites culturales. En cambio, ahora el fenómeno audiovisual se ha convertido en un elemento esencial de contemporaneidad.

Admite que la escritura televisiva es «muy distinta» a la teatral, «más difícil» incluso, pero confiesa que «me fui enamorando de la televisión, porque cuenta historias complejas con personajes apasionantes». Explica que con La catedral del mar ha descubierto la excelencia laboral, «hacer series cortas, mejor si tienen referente literario, pero sobre todo que permiten trabajar sin las esclavitudes de una serie diaria o semanal». Una manera de trabajo similar a la estadounidense, con proyectos que se graban todos antes de emitir, sin posibilidad que la audiencia determine el guión.

«Después de 25 años de oficio, no quiero hacer muchas cosas de televisión, quiere este formato», reitera, y aunque nunca ha firmado un relato para el cine, «una serie cerrada es tan gratificante como una película».

Sobre las series, reconoce que ha disfrutado como muchos con las «clásicas» „y cita «Los Soprano», «The Wire», «Mad Men»„, pero que últimamente le interesan las sagas nórdicas que se han dado a conocer tras el éxito de «Borgen» y menciona el thriller islandés «Atrapados». «Islandia tiene una población de 330.000 habitantes, como la ciudad de Alicante, y son capaces de producir productos bien hechos y exportarlos», exclama.

Lo que nos lleva a la televisión de aquí. Sobre el proceso de reapertura sostiene que «en teoría me parece bien, pero en la práctica va muy lento», aunque reclama un margen de confianza. «Hace tiempo me preguntaron que tipo de televisión me gustaría y puse el ejemplo de Arte, la cadena franco-alemana». Recalca el paper decisivo de la próxima televisión pública valenciana para las artes escénicas, pues «el star-system siempre ayuda al teatro».

Historia y novela negra

Con más de 40 obras de teatro escritas, admite ser un lector empedernido y caótico. Lee muchos libros a la vez y no siempre los termina. Estudió Historia y Filología hispánica en la Universitat de València, quizás por esa deformación académica los libros que le gustan son los de historia contemporánea, que después utiliza para sus textos de teatro y televisión.

Le apasiona la novela negra. Termina de leer Bajo los montes de Kolima de Lionel Davidson, pero también le ha atrapado la trilogía de Pierre Lemaitre, y a veces vuelve a John le Carré. Volúmenes que sobresalen en unas estanterías modernas y funcionales, con libros clásicos, enciclopedias y novedades recientes.

Evoca que sus lecturas iniciales se llenaron de relatos de Julio Verne, pero recuerda que sus primeras compras ya fueron libros de teatro, con un cariño especial a La señal que se espera de Antonio Buero Vallejo.

¿Por qué los libros de teatro son tan minoritarios?

No lo sé, es una cosa misteriosa, pero han desaparecido prácticamente las colecciones de teatro, con excepciones destacadas como Bromera.

«Me gusta València»

La catedral del mar se estrenará la próxima temporada. Finalizado el rodaje de la adaptación televisiva de la exitosa novela de Ildefonso Falcones, está en proceso de montaje, y Rodolf Sirera ha formado para del equipo de guionistas con el propio Falcones, Sergio Barrejón y Antonio Onetti. Se estrenará en Antena 3 y luego estará disponible en Netflix.

Sirera juega en la liga de las estrellas de los guionistas, pero nunca se ha ido de la ciudad donde nació. «Me gusta València», contesta, y explica que siempre ha trabajado para productoras privadas, por lo que los lustros fuera de la escena valenciana han sido más llevaderos. Pero rescata su etapa de gestor público cuando se le pregunta por medidas contra la crisis del teatro. «La administración invierte mucho en la recuperación teatral, pero debe reconstruir una memoria teatral que se ha perdido, con clásicos en la cartelera», y continua con un definido programa donde estarían las ayudas a la compañías privadas, asociar el nombre de las poblaciones a los grupos de teatro para que tengan facilidad en los locales de ensayo, e impulsar el circuito teatral del que fue pionero la escena valenciana.

Defiende que las Salas Off son el contrapeso a la exhibición institucional y privada, porque aseguran grupos de gestión y generas un publico reducido, pero interesado.

¿Recomiende un libro para los que no se atreven a leer teatro?

Casas de muñecas de Ibsen.

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