Los derechos de autor de la obra del maestro José Padilla, «padre» de composiciones tan célebres como Valencia, permanecen embargados a favor del abogado valenciano Juan José Carreño, tras haber sido abonados previamente a un pinchadiscos de Ibiza, que no guarda parentesco con el conocido músico.

La historia se remonta a 2002 cuando Eugenia Montero Padilla, heredera del compositor de obras como La violetera se puso en contacto con el letrado valenciano tras, según el relato de Carreño, «dejar de percibir» la cantidad resultante de los derechos de autor de la obra del maestro Padilla. Fue entonces también, según el letrado, cuando la familia «intentó lanzar al mercado un disco con obras del compositor y no le fue posible».

Carreño, abogado agente oficial de la propiedad industrial, explica a Levante-EMV que «entonces comienza un litigio con el pinchadiscos» de Ibiza, de nombre José Padilla, pero que no guarda parentesco con el compositor. Así, en 2002 el abogado de la familia del músico interpone una demanda de nulidad de la marca -José Padilla- y de competencia desleal, que, según Carreño, ganan al pinchadiscos.

Sin embargo, no sería el único litigio al que Carreño se enfrentaría con el nombre de Padilla. El letrado, que desde aquel año mantenía «buena relación» con la familia, presenta en enero de 2009 una demanda con ella por el impago de sus honorarios, relativos al caso de los derechos de autor y otros servicios judiciales.

Paradero desconocido

Así una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 48 de Madrid falló en junio de 2011 que Montero Padilla y Guido Padilla -su hijo- deben pagar, como así lo reclama el letrado, la cantidad de 10.906 euros y 4.235 euros, respectivamente, así como «los intereses legales devengados en ambos casos desde la interpelación judicial. Todo ello con expresa condena en costas a la parte demandada». Así, a los 15.141 euros que Carreño debía recibir en concepto de los honorarios, el letrado señaló que los intereses suman 2.917,66 euros, más 4.600 de las costas. «Todo ello reconocido por los juzgados», aclara. De este modo, el total a percibir por Carreño sería 22.657,66 euros, señala el letrado.

Según el relato del propio Carreño, la familia Padilla -la del compositor- «en ningún momento apareció en los juicios, ni he podido localizarlos, ni siquiera el juzgado». Este diario también ha intentado localizar a la familia del compositor, sin resultado.

Con esta situación de «paradero desconocido» el letrado se pregunta con qué motivo los herederos de Padilla requieren los servicios de un abogado para recuperar los derechos y una vez conseguidos desparecen. «No lo entiendo», dice Carreño.

Ante los hechos, el juzgado estimó oportuno en julio de 2011 embargar a favor de Carreño «tanto en España como en Francia», los «derechos de autor y de explotación dimanantes de las obras del Maestro D. José Padilla de los que son titulares» los familiares del compositor.

De este modo, tras la comunicación por parte del juzgado a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) sobre el embargo ordenado, la entidad creativa respondió en 2012 al tribunal que «los rendimientos por derechos de autor no consisten en cantidades fijas y periódicas, sino que están sometidos a circunstancias de muy difícil previsión», según aparece en la documentación aportada por Carreño.

78 euros en cuatro años

El letrado ha recibido en concepto de derechos de autor por la obra de Padilla 50,16 euros en 2013; 9,94 euros, en 2014; 7,23 euros en 2015 y 11,21 euros, en 2016. Es decir, un devengo de 78,54 euros. «No me creo que la obra de Padilla genere solo eso, cuando es conocida en todo el mundo y solo en Fallas la pieza Valencia suena muchísimas veces», lamenta el letrado que, aunque no renuncia a cobrar la cantidad que le deben es consciente de que la deuda «no la cobraré nunca solo con los derechos de autor».

Según los biógrafos, el maestro Padilla ganó 25 millones de francos en un solo año en París, tras hacerse medio millón de copias en una primera edición hecha en Francia.