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Entrevista

Iván Repila: "Construimos un mundo inhabitable"

«Tenemos que recuperar la sensibilidad por las cosas que nos rodean»

Iván Repila: "Construimos un mundo inhabitable"

P Le describen como uno de los escritores emergentes más prometedores. ¿Cómo le hace sentir eso?

R Emergente€ ¿Qué es eso realmente? Es un cumplido que se utiliza para muchos escritores, y realmente está vacío de significado. La escritura es como un maratón y los que resisten son los que demuestran que son «autores» en esencia.

P Prefiere relativizar.

R Sí, al igual que prefiero relativizar eso de la fama y las críticas. Y no solo en la literatura, sino en la vida. Lo que consideramos triunfo o fracaso es muy subjetivo. Triunfar en la literatura tiene que ver con hacerte una trayectoria coherente, y no solo vender libros. Lo peor que le puede pasar a un escritor es no encontrar sello (editorial) para su próximo libro, eso sería para mí un fracaso.

P ¿Va por el buen camino, entonces?

R Es una buena pregunta (ríe). La generación de escritores a la que pertenezco está rompiendo el planteamiento de hacer y escribir como se había hecho siempre. Estamos buscando nuevas formas de expresión. Es por ello que algunos de los libros publicados durante nuestra trayectoria no se parecen entre sí. De mi segundo libro al tercero hay un trecho importante.

P En «Prólogo para una guerra» (Seix Barral) se centra en narrar la trayectoria de dos personajes antagónicos€

R Lo son al final, pero no al principio, ya que tanto Emil Zarco, el arquitecto, como El Mudo, no saben como gestionar su dolor. Uno gira hacia la autodestrucción y el otro hacia la solidaridad.

P ¿Decidió contar una historia de dolor para sobreponerse a él?

R Únicamente lo hice porque creo que es necesario recuperar la sensibilidad por las cosas que nos rodean. Vivimos en un mundo muy cruel, y el dolor nos rodea. Creo que nos hemos vuelto insensibles. Constantemente vemos violencia a través de la televisión y parece que ya no nos afecta. Cuando nos escandalizamos ponemos un tuit, pero poco más.

P ¿No sabemos gestionar el dolor?

R La tesis de Prólogo para una guerra es que por culpa de nuestro dolor y nuestro pasado estamos construyendo un mundo inhabitable.

P No puede negar que el libro plasma una visión oscura de la realidad€

R Sí, pero el final es luminoso. Quiere decirnos que si intervenimos juntos podemos robar los espacios que nos han robado previamente, a base de tolerancia y respeto.

P Se ha inspirado en la actualidad informativa?

R No directamente, pero sí que hay algo de eso, ya que yo no soy impermeable. Las últimas décadas hemos vivido una gran cantidad de violencia cotidiana a todos los niveles, de manifestaciones a desahucios.

P Los dos protagonistas de la novela están ligados por «hilos invisibles». ¿Significa que usted cree en el destino?

R No, pero sí en los lazos sociales. Cuando las relaciones se tensan, el hilo también, y cuando pasamos una ruptura, el hilo se quiebra. Eso lo notamos todos.

P Su novela «El niño que robó el caballo de Atila» (Libros del Silencio, 2013) la han llevado a escena dos compañías francesas de teatro y una productora cinematográfica ya se ha interesado en ella.

R El cine es un territorio con mucha publicidad y mucha repercusión mediática, mucho más que el mundo editorial. Ver una película supone menos esfuerzo que leer un libro. Que muchas mentes trabajen en adaptar una idea surgida de un libro para traducirla a otros formatos me parece fascinante, porque se juntan profesionales de muchas clases. Esta manera de trabajar ya se está viendo en muchas empresas, que poco tienen que ver con el proceso productivo tradicional. Soy hijo de mi tiempo y pienso que las generaciones más jóvenes tendemos a hacer las cosas de manera colectiva, y ese es el discurso que va a regir el s. XXI.

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