El peregrino valenciano que viajó a México deberá ahora «hacer las maletas» para marcharse de la capital española. Tres años ha durado el nombre de Max Aub (1903-1972) en la entrada del teatro de 2.500 m2 de Matadero, el espacio público de cultura contemporánea de Madrid que ahora vira hacia una identidad ligada a la experimentación y a la vanguardia escénica.

Una cifra sustituirá el nombre de uno de los escritores valencianos más reconocidos del siglo XX. Nave 10 será sello que adquirirá a partir del martes la sala Max Aub de las Naves de Matadero de Madrid, tras la decisión de su equipo gestor, elegido a través de concurso público. Las reacciones no se han hecho esperar en la Comunitat Valenciana y la Fundación que lleva su nombre ya prepara una carta exponiendo su pesar, aunque todavía no saben a quién dirigirla. «La estamos redactando, y una vez esté aprobada por el Patronato, decidiremos el destinatario», asegura Teresa Álvarez Aub, nieta del escritor y dramaturgo, ya que - al parecer- la decisión viene del equipo que gestiona el espacio, aunque con el consentimiento del equipo de Manuela Carmena.

«Es un paso atrás. No entendemos la decisión. Ha sido una sorpresa muy dolorosa, porque mi abuelo amaba el teatro», asegura la nieta, que actualmente preside la Fundación Max Aub de Segorbe. «Ha costado mucho recuperar su figura en España, donde es muy querido por la gente del teatro», explica Álvarez Aub, que coincide con el gerente de la misma organización, Francisco Tortajada. «Es lamentable que sigan jugando con la obra de Aub, una persona que defendió la libertad y la democracia por encima de todo. Parece que todavía no haya encontrado su sitio», lamenta Tortajada. Desde la Fundación han destacado la «estima» de las instituciones valencianas al autor.

De hecho, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tuvo unas palabras ayer para lamentar la retirada del nombre de Aub de Matadero a través de las redes sociales, al igual que el conseller de Cultura, Vicent Marzà, que destacó su labor tanto dentro del teatro español como del valenciano.

Golpe de timón

El autor hispanomexicano no es el único que ha perdido una sala en la capital, ya que Fernando Arrabal también perderá su espacio escénico en Matadero Madrid. La medida la ha tomado el equipo que entró a gestionar el centro de creación contemporánea el pasado mes de septiembre. Formado por Mateo Feijóo, María José Manzaneque y Almudena Ávalos, el equipo que gestiona actualmente Matadero -elegido el pasado mes de septiembre- pretende dar un nuevo rumbo a la programación, para llevarla hacia la experimentación escénica.

Al parecer, en estos nuevos «aires» no encajarían los nombres de Aub o Arrabal, por lo que recuperarán las denominaciones originales de las salas, Nave 10 y Nave 11, cuando éstas funcionaban como mataderos, tal y como ha publicado El País. De hecho, según este periódico, el cambio de nombres de las salas en 2014 no llegó a efectuarse legalmente, ya que no pasó por el pleno del ayuntamiento. Por ello, estos teatros nunca dejaron de contar con el sello 10 y 11. El centro - que ya no depende del Teatro Español, que se encuentra a cargo de la valenciana Carme Portaceli- cambiará también de nombre, para pasar a llamarse «Naves Matadero: Centro Internacional de Artes Vivas».

Desde el equipo de Carmena aseguran que el cambio de nombre de la sala de Aub no debe entenderse como un «agravio» para estas figuras del teatro español, sino que únicamente viene dado por el cambio de rumbo del espacio, que está embarcado en la búsqueda de una identidad propia, después de que se haya desvinculado del Teatro Español, ya que ambos estaban liderados en el pasado por el mismo gestor.