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Entrevista

Juanjo Oliva: "La moda no debería ser tan cara"

«Tiene que hacernos libres. Si te esclaviza, hay que dejarla a un lado»

Juanjo Oliva: "La moda no debería ser tan cara"

«La ropa no tiene una definición masculina o femenina. El género no lo da la ropa, lo da la persona». La frase con la que define su nueva firma, Oliva, no puede estar más de actualidad.

Sí, en moda le damos muchas vueltas a las cosas y llevamos dándole vueltas a esto desde que Chanel le puso el primer pantalón a una mujer o Yves Saint Laurent el primer esmoquin. Son cosas superadas hace tiempo. Me pone triste que nos sigan poniendo etiquetas por expresar nuestra identidad a través de la ropa.

¿La moda nos da la libertad de vestirnos como queremos o nos obliga a amoldarnos a la imagen que propone la sociedad?

Debería ayudar a realizarnos, jugar a nuestro favor. Si te esclaviza, por tallas, modas o tendencias, hay que dejarla de lado. Yo lo haría. Odio la imposición en todos los ámbitos de mi vida y no me gustaría imponer a los demás algo que me gusta. La moda debe ayudarnos a ser libres.

Pensaba que el sueño de un diseñador sería ver a todo el mundo llevando su ropa

Eso sería una pesadilla. Me encanta ver a gente vestida con mi ropa. Al principio, la seguía. Me sigue enorgulleciendo, pero ver a todo el mundo vestido del mismo diseñador sería una pesadilla hitleriana.

¿El diseñador es libre?

No, estamos muy expuestos, influenciados. Para ser totalmente libres en el momento creativo deberíamos estar aislados, sin redes sociales y sin comunicación con ningún ser humano. La moda es sociología pura, no creo que se pueda hacer moda sin estar en un entorno social.

¿Hay límites en la moda?

No debería. Los límites los pone el precio. La moda no debería ser tan cara. ¡Me van a matar por decir eso! Ahora hay alternativas para ir a la moda a un precio accesible, quiero que mi colección lo sea. La gente debería divertirse más con la moda, es algo lúdico.

¿Lúdico? ¿Pero lo importante no es que nos miren, que nos digan que vamos muy bien o muy originales?

Que el humano persiga la belleza es algo lógico. Todos tenemos mucho de Narciso, pero de ahí a obsesionarse por qué te pones y cómo te lo pones hay un paso que se puede evitar.

Pero estamos en plena efervescencia de las blogueras, que juegan a eso, ¿no?

Hay una parte muy superficial, pero lo veo desde una perspectiva positiva: hay un paso necesario entre la creación del diseñador y el público y ese paso lo sortea muy bien la bloguera que está interesada en hacer accesible la imagen de la moda. Muchas veces esa imagen a través de las modelos, del entorno social del desfile o la alfombra roja, se aleja de la calle. La bloguera influencia a través de la cercanía, de la persona que tiene un físico normal. Las mujeres, también los hombres, pero sobre todo las mujeres, admiran la moda, pero muchas veces piensan: «Eso no es para mí porque lo lleva una chica que pesa 50 kilos y me saca tres cabezas».

¿Tenemos que vestirnos sin complejos? ¿A pesar de lo que diga la pasarela?

¡La pasarela quiere que vistamos sin complejos! Si hay una cosa que me hace ilusión es que la gente se divierta. La gente que más se divierte es la que más nos inspira. Por eso la moda siempre se inspirará en la música, porque los músicos son muy libres y muestran muy bien su parte artística. La calle inspira a la moda, es lo que debe pasar.

En un momento en que lo queremos todo ya, lo consumimos todo ya, nos cansamos de todo ya y lo sustituimos todo ya,¿con qué ánimo se sienta un diseñador a crear una colección?

Pues harto. Estos ritmos los han impuesto las grandes empresas, que nos llevan tarde a los pequeños y medianos. Voy a hacer lo posible por llevar mi propio ritmo. No puedo hacer ocho desfiles. Me parece una tontería. No creo que por hacer ocho o 25 propuestas diferente se consuma más y mejor o se venda más y mejor.

Negocio, creación, vender, gustar... ¿Se siente equilibrista?

Es un equilibrio desquiciante. No es que me quite libertad, pero lo tengo que tener todo en cuenta, todos los elementos de la ecuación tienen que funcionar, pero llega un momento en que hay que quitarle hierro al asunto, es ropa. No estoy trabajando en unos riñones ni soy misionero. Si los empresarios jóvenes o medianos tienen problemas, imagínate un empresario que debe cambiar su catálogo cada seis meses, cada tres o cada uno. Se han acelerado demasiado las cosas.

¿Tenemos la culpa los consumidores?

Consumimos acelerados. No estaría mal un poquito de quietud.

¿Hemos perdido de vista otros factores? Que esté bien confeccionada, que quede bien...

Sí. Lo de las costuras ya no lo mira nadie. Me da una pena... Hay que mirar, sobre todo, si te sienta bien, con los avances que tenemos la ropa debería ser así. Es verdad, pasa más en la ropa de un cierto precio, que no tiene la confección y la calidad que debería. Hay que comprar bien. Dedicarle un poquito de tiempo. Todo no puede ser tan fast.

Todo rápido.

Exacto. Hay que hacer las cosas bien. Para vestir bien hay que dedicarle un tiempo y para comprar bien, también. Igual que para saborear un buen plato.

El vestido verde de Letizia...

[Niega con la cabeza]

¿No es suyo?

No es mío a pesar de lo que hayan dicho. No entiendo qué ha pasado. ¡Por dios, que diga quién se lo ha hecho! Podría ser mío. Pero también de Valentino, Sybilla o Tom Ford.

¿Y qué cara se le queda?

Me da igual. Me hubiera gustado que llevara algo mío, pero no. Y tengo mucha curiosidad por saber de quién es. Que salga. Que lo cuente, que estaba muy guapa y elegante.

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