Puede que las definiciones de «casa» y «hogar» sean muy parecidas -hasta las usamos en el día a día como sinónimos-, pero su significado no es del todo igual. Este planteamiento cobra fuerza según se avanza en la lectura de La casa. Crónica de una conquista (2015, Norma Editorial), obra del historietista valenciano Daniel Torres.
Esa faraónica obra -de 600 páginas repartidas en 26 capítulos y que le llevó seis años de trabajo- son ahora objeto de museo. Literalmente. El Institut Valencià d´Art Modern (IVAM), como adelantó Levante-EMV, expone hasta el 4 de junio Caso de estudio. Daniel Torres. La casa. Crónica de una conquista, una muestra que recoge cerca de 100 dibujos originales y bocetos que el autor produjo para la publicación. Junto a ellos, la exposición cuenta con dos cuadernos del historietista y ocho pequeños electrodomésticos -una tostadora, un secador, una cafetera, una batidora, una radio, un televisor, una aspiradora y un teléfono- de los años 50 y que proceden de la colección Alfaro Hoffman de Godella. Todos ellos se pueden ver, como ayer explicó Torres durante la presentación de la muestra, en su libro, ya que están sacados a su vez de bibliografía que el propio dibujante tenía sobre aparatos domésticos de la época.
Acompañado por el director del museo, José Miguel G. Cortés, y el experto en cómics Álvaro Pons, quien ha colaborado en la exposición, Torres (Teresa de Cofrentes, 1958) explicó que «los creadores trabajamos con personajes, con entes dramáticos; al decir esto, la mayoría piensa en personas, pero también hablamos de objetos y espacios». Al respecto, destacó la primacía de la arquitectura en esta obra, aunque siempre ha estado muy presente en su trayectoria pues empezó a estudiar Arquitectura en 1975. «Para mí es un personaje más, así que este libro es un homenaje a la arquitectura como personaje, no como fondo de la historia». De hecho, avanzó «los personajes del libro van cambiando, pero lo que no cambia es la relación de ellos con la casa», dijo el autor.
Incluso Torres fue un paso más allá y reflexionó sobre «la querencia del ser humano en cambiar los espacios en los que habitamos y la resistencia de estos por mantenerse».
Esta exposición del IVAM es de algún modo también una reivindicación del proceso creativo. Torres recordó que para la elaboración del libro necesitó seis años, de los cuales tres fueron destinado a documentación, como cuenta de ello da el contenido de los cuadernos que se exponen en la Galería 3 del museo de la calle Guillem de Castro. «El estudio es constante», dijo el dibujante quien incluso se atrevió a decir que «un 80 % de mi trabajo es investigación y el 20 % restante, realización».
En este profundo trabajo de investigación que es La casa. Crónica de una conquista, el autor se ha encontrado con varios descubrimientos. Entre ellos destacó el que para él es el origen del hogar: la Holanda de la segunda mitad del siglo XVII. Pero, ¿hasta entonces no existía? «Antes, estaba la casa como lugar donde refugiarse o reunirse, pero no existía el concepto de hogar como tal», reveló, al tiempo que matizó que «el concepto de hogar ha ido cambiando con el tiempo».
De alguna manera, Torres señaló que este trabajo tiene algo de voyerismo. «Cuando vas por la calle te quedas mirando los edificios y te los imaginas sin fachada, preguntándote ´¿qué harán sus habitantes?´; surge esa necesidad de ver sin ser visto, claro que hay cierto voyerismo», dijo entre risas.
Por su parte, el director del IVAM avanzó que el artista ha cedido durante cuatro años parte -unos 40- de los dibujos que se exponen.
En concreto son aquellos que componen la serie de dos capítulos completos del libro y que responden a la casa más cercana al siglo XX, por coherencia con el discurso expositivo del centro. De este modo, durante ese tiempo el IVAM podrá incorporar este material a futuras exposiciones.
La historieta en el museo
En esta línea, G. Cortés se felicitó por «la costumbre de la presencia del cómic» en el IVAM. Para el director del museo, la historieta «tiene la capacidad de crear mundos imaginarios, de hacer soñar y eso es fundamental para descubrir nuevos mundos y realidades». Por ello, destacó la figura de Torres como «uno de los mejores dibujantes del país y ejemplo maravilloso» del género.
El propio Torres añadió que «es necesaria esta normalización de la historieta en el IVAM, que comenzó ya el año pasado con la exposición de Línea Clara. Los de mi generación hemos peleado para que nuestro trabajo se reconozca, que se valore que contamos historias a través de viñetas», señaló.
A esto recordó que este año se cumplen 10 de la primera vez que se otorgó el Premio nacional de Cómic. «Esto fue el espaldarazo definitivo», concluyó.
