Andy Younes estuvo durante toda la tarde por encima de las circunstancias. Novillero maduro que dejó claro en València su condición de nombre puntero. Cortó una oreja a su primer novillo, con el que realizó una labor templada y firme. Por esa firmeza y esas ganas, el arlesiano extrajo todo lo poco que tuvo su oponente. Un cambio de mano fue lo más destacado de su lograda labor.

El quinto, serio y rematado, tuvo mucha más presencia que algún toro de los presentados en lo que llevamos de feria y empujó tercio de varas como pocos lo han hecho. Verticalidad y pausa por el pitón derecho en la tauromaquia del joven francés. Hondura en un pase de pecho, al pitón contrario. Younes lo vio más claro al natural y por ahí, al novillo le costaba más. Obró un final de cercanías y el novillo se vino a menos y se acabó apagando. «Honroso» duró poco pero se entregó. Y eso, se cotiza porque Valencia lo ovacionó en el arrastre.

Cristian Climent, prácticamente, no tuvo oponente en su primer turno. Todo el gas que tuvo el de José Vázquez lo utilizó en un desordenado tercio de banderillas. En el cuarto de la tarde se vivió uno de los momentos álgidos de la tarde en los quites entre Climent y Younes. Con ese animal, el novillero de El Puig realizó una faena que tuvo mayor intensidad mayor entidad al natural. El trofeo se esfumó con el acero.

Marcos Pérez, Marcos a secas en los carteles, tuvo un buen ejemplar en su primer turno. Recorrido y ritmo en la condición del novillo; desajuste y temple en el quehacer del conquense. También hubo profundidad cuando tiró de él. El novillero acusó su primer paseíllo en una plaza de primera categoría. En el sexto se apreció algo su tauromaquia, siempre por las afueras, con un novillo que tuvo mucho más. Cortó una oreja. Younes, como ya hiciera el pasado año durante el ciclo josefino, salió a hombros del coso de la calle Xàtiva.