Al actor Jorge Sanz le quedan 90 minutos de vida... sobre la escena. Este es el arranque de Tiempo, la obra con la que el intérprete estará desde hoy y hasta el domingo sobre las tablas del Teatro Talia.

El actor no para últimamente: en el cine ha triunfado con la película La Reina de España, hace unas semanas presentó también en València -en La Rambleta- el último episodio de su serie «¿Qué fue de Jorge Sanz?» y ahora regresa a la ciudad con esta puesta en escena, escrita por Quim Masferrer y dirigida por Ramon Fontserè.

En ella, Sanz interpreta -el solo sobre las tablas- a un personaje al que le han anunciado que le quedan tan solo 90 minutos de vida. En la escena, Sanz en pijama y en silla de ruedas, toca todos los temas que puede con el tiempo en su contra. «Pero esto es una comedia, que nadie se lleva a engaño», dice a pesar del cronómetro que marca la cuenta atrás y que anuncia una muerte inminente. Para Sanz, la comedia permite hablar de todo: «Con humor se deben tocar todos los palos», dice el actor en alusión a los puntos más mordaces de la representación. Reflexionará sobre la vida, el tiempo, Dios,... Sobre el género opinó que «el origen de la comedia nace del drama de los demás, es difícil hacerla del propio», pero matizó sus palabras para que nadie las malinterpretara. Para ello puso como ejemplo la película El apartamento, protagonizada por Jack Lemmon. «Es un pobre hombre que presta su apartamento a su jefe para que vaya con la mujer que le gusta». «Es como la comedia romántica que surge cuando muere el marido o la mujer del protagonista. Surge de una desgracia», dijo.

Explicó que Tiempo es una comedia «agridulce, como la vida» y que hasta ha visto a público emocionarse. Y casi se felicita por ello: «Me daban envidia esos actores que hacían llorar al público».