El pintor Antonio López ha salido esta semana de su estudio para impartir un taller en Madrid a un grupo de artistas chinos, que siguen la técnica realista, una experiencia que le lleva a decir que le ha sorprendido "su modestia, su interés por Occidente y su respeto por la naturaleza".

"Veo en los trabajos que me muestran esa adoración por la naturaleza que nosotros no tenemos, porque la religión católica no lo ha permitido", explica a Efe el pintor manchego.

"Los chinos y japoneses la tratan -continúa- como algo mágico, como el pueblo americano, y a nosotros nos dijeron que Dios nos creó a imagen y semejanza, que lo importante de la naturaleza era el hombre, y los pintores españoles nunca le han prestado atención a la naturaleza".

Por eso, en opinión de Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) "Velázquez pinta bien a los hombres y cuando pinta un árbol no le presta atención. Los últimos paisajistas que se adaptaron al lenguaje moderno fueron los españoles", añade el creador manchego en un descanso de sus clases a esta veintena de artistas chinos, y algunos españoles, en un estudio en el barrio Usera, conocido ya como el Chinatown madrileño.

Y en este mismo sentido el pintor, creador de un cuadro de la Gran Vía madrileña que es todo un icono de la ciudad, se lamenta de lo poco que están pintadas las ciudades en España.

"En Italia se han pintado todas las ciudades, y no digamos en París, y eso es por lo poca atención que se ha prestado a la naturaleza como valor, a diferencia de las civilizaciones más antiguas como Mesopotamia y Egipto que prestan toda la atención a los animales y los pintan a todos".

López está impartiendo "encantado" -dice- este curso, que ha organizado The International Arts and Culture group (TIAC) y comenta a cada artista el trabajo que están realizando día a día al natural, ya sea pintando a una modelo desnuda, un bodegón, unos pimientos rojos, unas lombardas o una caja de huevos.

"Me asombra el interés que tienen por Occidente, es como si su cultura se les quedase corta. Son muy buenos, tienen un enorme interés y si no fuera porque tengo al lado un rostro con los ojos oblicuos, podría pensar que son de Albacete. Al final vamos vestidos todos igual y tratamos los mismos temas, el amor, la soledad, el aburrimiento...", añade.

Todos los artistas, incluidos los españoles, como Nacho Estudillo, o Jorge Abad, entre otros, están encantados con el pintor y Lynn Guo, artista y directora de TIAC, que también pinta, recuerda que "Antonio López consigue captar poesía del detalle de lo cotidiano y hacerlo extraordinario".

"López pinta un baño, un lavabo y capta detalles mínimos que conmueven, es una maravilla", añade la artista que dirige esta entidad TIAC, con sedes en Florencia, Shangay, Sidney y Hong Kong.

Antonio López destaca de este grupo y le llama la atención su "modestia". "Me parecen muy confiados, pienso que cuanto más fuerte es la raza, más confiados son, como los animales, el León no desconfía, y los perros grandes no ladran", dice.

"Desde luego tienen una historia para desconfiar, pero aquí se muestran receptivos, modestos, humildes, sin miedo, muy abiertos y eso es definitivo para aprender", precisa.

"Yo soy un pintor figurativo al que conocen en los libros y eso es lo que quieren aprender de los occidentales, somos un conjunto de maestros para ellos y lo hemos demostrado con miles de formas de lenguajes distintos. Aquí ha pasado de todo, desde los primitivos hasta los lenguajes actuales y ha habido una movilidad de lenguajes que les resulta llamativo", concluye el pintor que esta misma mañana de jueves estaba pintado unas flores y que volverá a aislarse en su estudio la semana que viene.