Desde su mesa de escritorio, Ortifus selecciona cada día las noticias que más le llaman la atención. A veces, ya sabe qué va a criticar desde que se sube en el coche para llegar a la redacción de Levante-EMV, pero en otras ocasiones le toca reflexionar un poco. «No mucho, porque el humor gráfico es muy rápido. Ese es su atractivo», asegura Ortifus. El humorista formará parte el próximo 18 de abril de la exposición «¿Qué es la biblioteca para ti?, organizada por la Biblioteca Nacional de España (BNE). «Es un honor, no me lo esperaba», asegura aún incrédulo.

Su viñeta, creada ex professo para la ocasión, lucirá junto a las de Forges, Peridis, Puebla, JM Nieto, Gallego & Rey, Ricardo, Kap, Toni, Ferreres, Caín, Esteban, Zulet, Idígoras y Pachi, Manel, Sansón, Padylla, Siro López, Malagón y Almudena del Mazo. «Son los grandes del humor gráfico español. Me sentí muy halagado cuando me lo dijeron», apunta.

La BNE, que ha organizado la muestra con motivo de su Semana del Libro, pidió a los humoristas gráficos que dibujaran qué significa para ellos el libro. Ortifus lo tuvo claro. «Decidí dibujar a una madre llevando a su hijo sobre un libro, como si fuera un carrito de bebé. Considero que la lectura tiene que formar parte de la vida de cualquier ciudadano desde la temprana edad», opina. La exposición, que se podrá visitar gratuitamente hasta el 28 de mayo, se ubicará en la Sala Polivalente del Museo de la BNE y cuenta con la colaboración de Instituto Quevedo del Humor, la Universidad de Alcalá de Henares y la Fundación ACS.

El germen de la ironía

Según declara el dibujante, los libros llegaron a su niñez en forma de tebeos. «Mi madre me compraba cada fin de semana un tebeo para que lo leyera. Cuando me fui haciendo más mayor, me gustaban especialmente los de aventuras. Uno de mis favoritos era El guerrero del antifaz».

Pero fue La codorniz, la revista de humor gráfico entre la década de los 40 hasta los 70, la que despertó el germen humorístico de Ortifus. «Aprendí a desarrollar mi sentido del humor y mi ironía en una época donde la risa tenía que ser encriptada sobre el papel», asegura.

El dibujante de Levante-EMV se considera un admirador más del trabajo de otros humoristas, como Darío Adanti, cofundador de la revista Mongolia. «Me gustó especialmente una frase que dijo: ´La libertad de expresión se mide por la capacidad de aceptar las ofensas, y no por la capacidad de reprimirlas», y añade: «Nunca antes había sido tan necesaria la risa. Sin embargo, no hacemos más que ponerle límites. Es una barbaridad que personas como Casandra hayan sido condenas a penas de cárcel por hacer un chiste. Actualmente nos ofendemos por cosas que ya ocurrían antes. Si no comulgas con la misa de La 2, no la veas, y si no te gusta lo que opinan en El intermedio, no pongas La Sexta. Es de lógica. Se habla mucho del límite legal de la comedia, pero lo cierto es que el límite se encuentra en cada individuo», concluye.