Cuatro sillas, una guitarra y dos peonzas. A la Compañía Patrícia Pardo, nacida en Alaquàs, no le hace falta más escenografía para poner en pie su obra El fandango de Marx. La dirección ha querido recuperar esta pieza, que se estrenó en una gira en el año 2014, para abrir un año de celebración. La compañía cumple una década en los escenarios. No es el único aniversario. Ya son 20 los años transcurridos desde que la propia Patrícia Pardo debutó como profesional.

Además, con este montaje, el grupo teatral actuará, del 26 al 30 de abril, por primera vez en su historia en el Teatre Rialto. «Esta es una obra que no merecía morir, ahora, en el Rialto vamos a dinamizarla», apunta la dramaturga y directora de la producción, Patricia Pardo.

La historia se sitúa en el extrarradio de València en las últimas décadas del siglo XX y actúa como metáfora para explicar cómo las clases trabajadoras de entonces consiguieron un avance para sus hijos. «Después de la dictadura hubo un crecimiento. Los hijos de los obreros aspirábamos a salir de ese mundo obrero, no porque fuera malo, sino como un avance natural», explica Pardo.

Fue entonces cuando los padres antepusieron la creatividad, la cultura y el arte contra la herencia de la dictadura y las injusticias sociales. La obra reflexiona sobre como actualmente esos niños, que ahora son padres, ven con recelo la llegada de los inmigrantes y como una amenaza a su nivel de vida. Para ello se utilizan elementos que todos identificamos como el sambori, el cubo de Rubik o los «bollycaos». «Me gusta conectar el presente y el pasado con imágenes, viajar a aquellos años fotografiando objetos, sensaciones, paisajes», cuenta Pardo.

Humor delirante y responsabilidad social. Diálogos con réplicas disparatadas interrumpidos por canciones tradicionales valencianas interpretadas en directo con el apoyo de una banda sinfónica. Son algunos de los ingredientes de un montaje que engloba en toda su amplitud aquello que conocemos como artes escénicas.

Clown y música en directo

Esta producción, formalmente, se basa en la técnica del clown y la música en directo. El fandango de Marx combina la gestualidad, los malabares y equilibrios circenses con el teatro delirante, salpicado de música tradicional valenciana interpretada en escena por Begoña Tena. La melodía la pondrá la Banda Sinfónica de la Unió Musical d´Alaquàs, dirigida por Enric Parreño, que acompañará a la voz. «Quisimos dimensionar la música, fusionándola con el clown y el discurso».

La participación de la agrupación musical es «muy positiva». Según Pardo, hace que el teatro «aúne a públicos diferentes».«Esperamos que el público que normalmente no se acerca al teatro se incorpore con la excusa de ver a la banda», añade.

La dramaturga formaba parte de la Banda Sinfónica d´Alaquàs y además de este hecho anecdótico, la compañía no quiso dejar pasar la oportunidad de trabajar con la agrupación musical. Las piezas teatrales, en palabras de la directora, cobran sentido cuando «puedes mostrarlas a tus vecinos», y «esta obra está pensada para estar en los pueblos valencianos, de hecho, es donde debe estar».

La compañía valenciana surgida en 2007 investiga la coexistencia entre la expresión circense tradicional y la contemporánea. En esta línea, El fandango de Marx fusiona la música tradicional y el teatro contemporáneo. Esta mezcla encuentra «un sentido» y se complementan en total sintonía. Patrícia Pardo agradece, en este caso, el asesoramiento musical que ha hecho posible la sinergia de ambos «estilos» diferentes en sí mismos. La directora también destaca la importancia que tiene poner en valor la colaboración de los músicos y la implicación de los artistas de la pieza, Begoña Tena, Roge P. Magdaleno e Illya Gendler. Según Pardo: «Los compañeros brillan en el escenario».

Fue en el año 2014 cuando estrenaron El fandango de Marx que presentarán, de nuevo, a partir del día 26. Hacía un año que no la ponían en escena. La compañía ya está lista.