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Entrevista

Fernando Delgado: "No somos nadie sin memoria"

«Nunca había visto una Feria del Libro con tanta respuesta de público y tan bien organizada como la de València»

Fernando Delgado: "No somos nadie sin memoria"

Esta tarde (18.00 h) Fernando Delgado presenta en exclusiva su última novela El huido que leyó su esquela en la Fira del Llibre. Quiere así agradecer la gran acogida que siempre tienen sus libros entre el público valenciano.

P «No siempre los libros sirven para distraer las obsesiones, más bien a veces contribuyen a crearlas». Eso dice la librera de Berna en su novela.

R Esta novela contribuye a esa literatura que me interesa, la que quisiera hacer bien. Comprendo a la gente que busca en la literatura entretenimiento, pero el entretenimiento es compatible con la reflexión. El arte es emoción. Transmitir no solo lo que se ve, o se siente, es con frecuencia difícil. Eso me propongo como escritor y quiero como lector.

P «El huido que leyó su esquela» cierra la trilogía del ahogado. ¿Es difícil huir?

R Es necesario. Puede ser difícil o fácil, pero es necesario.

P En «No estabas en el cielo» Carlos afronta la ausencia del padre. En «Isla sin mar» reflexiona sobre el olvido. ¿Se puede huir de la memoria?.

R No. No somos nadie sin memoria. A veces se discute sobre la necesidad o no de la memoria. Se trata que no somos nada sin memoria. La memoria no sirve solo para mirar atrás, sirve para reconocernos.

P ¿Escribir una trilogía significa una voluntad expresa de cerrar un círculo?

R Inicialmente no fue así. Fui un niño sin padre, y de su ausencia se hablaba poco, pero en los veranos en la playa aparecía un niño que se empeñaba en que mi padre había desaparecido ahogado allí. Eso lo contaba en casa, y ante la reiteración del relato, algunos veces se reían y otras no les hacía gracia. Pero seguía pensando que mi padre había desaparecido en aquella playa. A veces, en las olas incluso oía la voz de mi padre, y eso que no he sido muy padrero, y no he sufrido por eso.

P Muchos hemos soñado que leemos nuestra esquela.

R La esquela no, pero he soñado con mi propio entierro. No hay forma que me acerca a aquella playa sin que recuerde a mi padre ahogado. En Isla sin mar, es la relación de la abuela, pero en ésta se completa la novela contada por el propio padre.

P ¿Le ha costado más?

R Posiblemente sí. La primera me fue de fácil construcción. La segunda me la sugirió una tarde una amiga en un pueblo de La Palma. En El huido que leyó su esquela, es verdad que yo había estado en Berna y tenía una amiga que aparece en la novela y esa librería existe.

P ¿Sabe que en las nuevas formas de esquelas, sobretodo en Sudamérica, se graba un video de despedida?

R Nosotros no vendemos después de la muerte. Pienso muchas veces en Cervantes, que tuvo un principio y un fin, en medio de tanta gloria. Quiero decir que la muerte acaba con nosotros y casi siempre nos convertimos en olvido.

P ¿No tiene ahora la sensación de ser mejor escritor?

R Mayor responsabilidad. Ahora en un repaso critico veo las novelas que más me gustan, pero no me satisface más lo último.

P ¿Esa preocupación también la tendría al principio?

R Cuando veo algunas cosas de aquel tiempo me quedo un poco asombrado.

P Esta novela es muy Fernando Delgado, libros, perros, ironía y como siempre enigmas.

R Diré una cosa con sinceridad, así como en las otras novelas me quede todo lo satisfecho que uno se puede quedar, ahora es una insatisfacción que me resulta satisfactoria, porque tengo un sentido de la experiencia de vida más normal. A cierta edad la vanidad es ridícula, uno se convierte en una persona más critica y exigente consigo mismo.

P Todos pensamos que su actividad parlamentaria iba a reducir su carrera literaria.

R Esta novela ya la tenía, quería acabar esta trilogía pero surgió la posibilidad de la novela de Santa Teresa en su centenario, y decidí acabar aquella y deje está. De todas maneras me tengo que replantear si la otra actividad me deja o no espacio para la literatura, que es lo que más me interesa. Mi actividad política es de un momento puntual.

P Presenta el libro en la Fira del Llibre. ¿Por qué es tan especial para usted la feria de València?

R Me invitaron a realizar programas desde aquí y me quede sorprendido porque nunca había visto una feria con tanta respuesta de público. La prueba está en que hay muchos escritores que les gusta venir a la feria de València, y no a otras. Luego, ha estado siempre bien organizada, con actividades complementarias, incluso cuando aquí desde el punto de vista de la gestión pública no había ninguna sensibilidad por la feria.

P No me resisto a una pregunta metaliteraria. ¿La corrupción política española es un mal «thriller» o un «espagueti western»?

R Es de todo. En un momento donde el concepto de la antigua novela social parecía superado, es imposible que no se dé lo que ha pasado con ETA en la novela Patria. Es verdad que aquí hemos tenido un novelista como Chirbes extraordinario, pero la corrupción da para un mundo imaginario profundo.

P ¿Aunque la realidad supere la ficción?

R De realidades impensables. Porque cuando el ministro de Justicia de una país democrático se permite decir que la corrupción viene perdonada por el voto, más o menos, hay que preguntarse el sentido ético del ministro, pero también por esa ciudadanía que piensa que la política es cosa de profesionales de la política. No debería haber profesionales de la política.

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