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Crítica teatral

Tragicomedia con silenciador

«Els esperantistes»

teatre el micalet

De Paco Zarzoso. Int: Josep Manel Casany, Ferran Gadea y Cristina Garcia. Dirección: P. Zarzoso. Producción: Apropteatre.

Esta obra sigue la estela marcada, a fuego lento, por el autor Paco Zarzoso. A fuego lento, y con un soldador solvente, el de alguien que hace caso a Ortega y Gasset cuando decía que la función del arte es «crear novedades». Sus obras son siempre novedades, dentro de un estilo.

Si tuviera que resumir en una frase su ya larga trayectoria diría que es un autor de tragicomedias sumergidas. Por ahí deambulan los personajes traslúcidos. Y lo traslúcido es lo que deja pasar la luz sin dejar ver claramente las cosas. En esto hay una filosofía, la de romper con las trasparencia de los mensajes evidentes que mantienen la pasividad del espectador.

Desde estas coordenadas podríamos valorar esta pieza en la que su idea novedosa aparece en su título. En efecto, Zarzoso, de alguna manera, recupera aquella idea ya demodé (por el dominio absoluto del inglés) de crear un lenguaje universal. Lo curioso de esta obra es que lo utiliza en un ámbito muy reducido. En una habitación en la que están encerrados tres personajes con sus laberintos, fragilidades y juegos con el tiempo. Pero no son personajes normales, sino zarzosianos: ebrios e inconscientes.

El reto es traducir, como si fuera esperanto, el conflicto interno, sin tener idea de dicho lenguaje. Ese el reto de la escena contemporánea. Creo que, esta vez, Zarzoso atina más en las ocurrencias que en la exposición de la tragicomedia con silenciador. Su exceso de subjetivismo nos aleja a pesar de las siempre disparatadas notas humorísticas con las que suele brillar el autor saguntino. El caso es que me pasó lo contrario que a Unamuno: la razón me pedía disfrutar de la obra, pero mi cuerpo se resistía, vivía distante lo que acontecía en escena. Menos mal que las magníficas interpretaciones de un trío actual muy bien avenido hace que todo sea más digerible y risible, e, incluso, conmovedor. O que la impensable última canción nos alegró el corazón, sintiéndonos «libres como el viento». En esperanto.

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