El Palau de la Música estrena concierto. Mañana se producirá una conjunción musical que dará mucho que hablar entre Llorenç Barber (Aielo de Malferit, 1948) y la Orquesta de València. Se interpreta por primera vez Afectuosament, una obra donde predomina la percusión, pero va mucho más allá.

El compositor valenciano, conocido por sus conciertos de campanas, es uno de los principales teóricos de la introducción del minimalismo en las partituras y el creador de propuestas como la «música plurifocal»; músicas textuales, improvisación, o la construcción de instrumentos experimentales. Barber es una figura en el arte de vanguardia y la música posmoderna, por eso fue uno de los principales impulsores del Festival de Música Contemporánea Ensems.

Según el propio Barber Afectuosament tiene «poco de composición pero mucho de proposición», y explica que se trata de una pieza concebida como un «palimpsesto con la superposición de muchas capas». Un palimpsesto es un manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior que fue borrada.

Desde esta perspectiva, una de las figuras de excepción que ha tenido presente Barber para concebir la partitura es el músico de Ontinyent José Melchor Gomis (1791-1836). El autor del conocido Himno de Riego, o sea la banda sonora de la República, la que el gobierno de Manuel Azaña eligió para sustituir a la Marcha Real.

Beso con bombo y trombón

Se trata, en esencia, de un homenaje musical a Gomis, pariente lejano de Barber pues comparten el segundo apellido, Colomer, bastante habitual en La Vall d´Albaida -la comarca natal de ambos-. Barber recordaba ayer, ya metido en los últimos ensayos, las honras fúnebres de Gomis en París donde murió, compuestas por su amigo Berlioz, uno de los mejores compositores del romanticismo francés. «Berlioz no entendió que los trombones o el bombo no estan hechos para acompañar un dueto de amor», reconoce.

Un hecho que lleva a Barber a diferenciar «entre lo que es un músico de éxito y de oficio, y un músico de València, de trombón y de banda». Y una conclusión para el debate: «Algo debe pasar con los valencianos, que somos capaces de introducir un bombo y un trombón en un beso de amor».

Llorenç Barber considera Afectuosament una continuidad de la tendencia minimalista europea, que a su vez guarda mucha relación con el pasado. Sostiene que la historia de la composición que estrena mañana también es la de València y la emigración. «Uno no emigra desnudo, sino con los trombones y el bombo puesto». Por eso reclama que las orquestas en general y la de València en particular, sean proclives a la gran cantidad de sonidos, a esa amalgama que lleva al completo mestizaje sonoro.

Todo un desafío

La Orquesta de València estará acompañada en el concierto por cuatro solistas, con un guión abierto a la improvisación habitual de Barber. «El poeta sonoro y performer Bartomeu Ferrando puede salirse del guión, Miguel Ángel Marín del clarinete, la cantante Montserrat Palacios de la entonación, y yo, con mi campanar de bolsillo puede hacer un paseo harmónico vocal», avisa.

La intención de Barber es que la orquesta y los solistas puedan comunicarse «afectuosament», entendiéndose durante la interpretación de las pieza.

Barber entiende la música contemporánea como una utilización activa de toda la tecnológica, que da libertad a la improvisación. «Tendríamos que llegar al equilibrio de saber insuflar todo eso a una orquesta», reta.