P Es la primera vez que se estrena en España su documental «El cirujano rebelde», ¿qué vamos a ver?
R El relato de un personaje alucinante. Normalmente no hago cine centrado en retratos, pero este personaje me enamoró.
P ¿Es un personaje real?
R Sí, cien por cien. En un mundo en el que mucha gente sueña con venir a Suecia, él hace el viaje contrario y se va a África
P ¡Menudo cambio! ¿Por qué lo hace?
R Después de 30 años de cirujano en Escandinavia se hartó de la burocracia , la administración y el nivel de perfección que se le exigía. En Suecia existe una obsesión por el control y no se puede cometer errores. La mayoría de trabajo es de ordenador y Erichsen estaba cansado de desaprovechar el tiempo en papeleos. Se marchó a Etiopía a trabajar. De eso va el documental.
P ¿Qué quiere transmitir a través de esta historia?
R Para mi, él es una persona crítica con cuestiones sobre las que hemos olvidado pensar. Nadie se cuestiona la idea de burocracia, de esa perfección sin lugar a errores. Nadie se plantea si efectivamente occidente es mejor que el sur; él lo hace.
P En ese aspecto, sus películas abordan temas bastante profundos como la necesidad de plantearnos los valores, ¿qué busca, un cambio?
R Desafortunadamente el cine no puede cambiar el mundo, pero sí cuestionarlo. Creo que periodistas, artistas y cineastas tenemos la labor de fomentar la actitud de pensar más allá de lo establecido.
P Parece que encuentra algo en el sur que no ve en Suecia, ¿sur o norte?
R Esto es un conflicto dentro de mi mismo, yo soy una representación de ambos. Mi padre es italiano y mi madre sueca. Suecia es un ejemplo de la idea de independencia total, en ese aspecto me quedo con el sur.
P ¿Por qué, no quiere ser independiente?
R Se dice que es el lado bueno de la vida moderna pero no se habla de la soledad. En Suecia, una de cada cuatro personas muere sola. Por eso la película de «La teoría sueca del amor» no es sobre un país, es sobre la idea de independencia, que en el sur no es tan absoluta.
P ¿Qué es el sur? ¿València es sur?
R Por supuesto. Coméis juntos (ríe). Cuando vives en Suecia, la normalidad es diferente. Imagínate que sobre mi película me han llegado a preguntar que porqué me parece tan grave morir solo.
P ¿Y es tan grave?
R Para mi eso es una pesadilla, terminar mi vida solo, en un apartamento, con el dinero en la cuenta del banco.
P Parece que el norte siempre es el hemisferio de referencia, ¿hemos elegido mal entonces?
R No lo sé, lo que creo es que no debe perderse la idea de interdependencia, de que nos necesitamos unos a otros. En Suecia hay un dicho que describe al país bastante bien, «solo soy fuerte»,te puede ayudar el estado, pero no tus amigos ni tu familia.
P Es decir, que la vida gira en torno a uno mismo...
R Sí, es una actitud muy narcisista. Y una cultura que triunfa muy fácil porque es muy cómoda, sólo importan los placeres personales y lo que te apetece hacer. Los demás no son importantes.
P ¿Y en política, qué efecto tiene?
R El individualismo está muy ligado al aumento de la extrema derecha, y de alguna manera, relacionado con el triunfo de Trump. Trump es un hombre que nunca pide perdón, no se equivoca, no muestra vulnerabilidad ni piensa en nadie.
P ¿Y entonces, olvidamos para siempre ese modelo?
R No, tampoco es eso. El sur debe mirar al norte y el norte al sur, de eso se trata. De hablar, dialogar. Justo lo contrario que Trump. Yo vivo en Suecia porque lo he decidido, tengo dos hijas y quiero que crezcan allí.
P Le toca decir algo bueno de Suecia entonces...
R Claro, algo hay, bromea. Está la transparencia, cualquier ciudadano puede entrar al despacho del primer ministro y pedirle un extracto de la cuenta del banco.
P ¡Ahí sí que tenemos mucho que aprender!
R Sí. También somos buenos en la igualdad de género o la libertad de elegir orientación sexual, en Italia es más difícil ser homosexual que en Suecia o criar hijos solo, por ejemplo.
P Cuando estrenó «La teoría sueca del amor» hubo un debate profundo en su país, ¿cómo ha sido la reacción de este último estreno?
R Muy buena, sobre todo en la comunidad médica. La crítica a la burocracia ha sido el tema más comentado, porque hay muchas profesiones que sienten esa losa de los trámites... Creo que cuestionarnos esa manera de organización es uno de los grandes retos del futuro. No tener miedo a pensar si hemos elegido mal, a cambiar los valores.
