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Crítica musical

Menos siempre será más

Obras de Haydn, Glass, Beethoven y Dvorak. Músicos: Cuarteto de Cuerdas Carducci: Mattew Denton y Michelle Fleming, violines; Eoin Schmidt-Martin, viola y Emma Denton, cello. Organización: Sociedad Filarmónica de València

Menos siempre será más

Modélica sesión camerística a cargo de 4 magníficos solistas de Gran Bretaña e Irlanda: el Cuarteto de Cuerdas Carducci, el quinto de la presente temporada.

Son músicos de excepción, solos o en conjunto, como lo demostraron en todas y cada una de las obras de un programa apegado más a lo tradicional que a la innovación, incluyendo a Haydn y Beethoven. Siendo como son un grupo que ha trabajado en profundidad la serie completa de los cuartetos de Shostakovich, la inclusión de uno de ellos hubiera ofrecido a los socios de la SFV la posibilidad de aproximarse a la estética de este representante de la escuela rusa.

Hay en los Carducci una admirable claridad de articulación en los arcos, fruto de una preparación técnica envidiable y que ponen al servicio de la interpretación, siempre fresca y espontánea. Se percibe un impulso interno que permite que tanto Haydn (Cuarteto op.20 nº 4 en Re mayor) o Beethoven (Cuarteto Op.18 nº 4 en Do menor) se escuchen con desenvoltura, incluso en los momentos técnicamente más comprometidos. En el primero, el Menuetto a la zingarese resultó tan bien tocado como danzado. En el segundo, escrito en Do menor, Beethoven prescinde del movimiento lento que sustituye por un animado Schezo quasi allegretto que puede recordar al 2º movimiento de su primera Sinfonía. Ellos ofrecieron ambas obras con sonido ampuloso, dominando el discurso de las voces y controlando los tempi y cada plano sonoro resultó diferenciado con maestría.

Loable la inclusión del mini-cuarteto nº 2, Company, escrito en 1983 por el norteamericano Philip Glass. No constaba así en el programa de mano pero la obra está dividida en 4 micro-movimientos que por su variedad rítmica, aumentan el interés intrínseco de la obra desde el inicio solemne a modo de «perpetuum mobile». Con menos de 9 minutos de duración, una vez más, se confirma que menos es más.

Dvorak compuso su Cuarteto Americano Op.96 en 1893, y muchos de los temas utilizados pueden dar la impresión de que el autor bebió de diferentes melodías escuchadas en el estado de Iowa donde paso un largo periodo de descanso estival. Los miembros del Cuarteto Carducci no desperdiciaron la ocasión de asumir esta obra con decisión absoluta. Un tango pirotécnico de Piazzola cerró el concierto con sinceras ovaciones y bravos. Fue su única actuación española esta temporada.

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