Lo de ayer fue más que una reunión familiar a la «sombra del Micalet», como dijo el propio Salva Bolta. Fue la celebración de un sueño cumplido por parte de un sector muy castigado, el de la dramaturgia, el de las salas... Porque ya es oficial. El certamen cumple su ambicioso objetivo y se convierte en un festival escénico de ámbito autonómico, ya que llevará su programación del 8 al 18 de junio a València, Castelló y Alicante. «Este año crece, a pesar de las circunstancias. Es un ser vivo», aseguró el director del festival, Salva Bolta, ya que el certamen pasa de 50 a 60 representaciones y de 28 a 44 compañías.

Su segunda edición estará marcada principalmente por los Premios Max de 2017, ya que contará con un buen grupo de ganadores en su programación, ya que el festival se celebra tres días después de la entrega de premios en Les Arts. Hay 13 finalistas dentro del programa, como Mulïer, de la compañía Maduixa, que opta a dos premios Max; Síndrhomo, de la compañía valenciana La Teta Calva; Quixote, la propuesta circense de los alicantinos Puja! que clausurará el festival en la Plaza del Ayuntamiento; u Oskara - principal finalista de los Max-, de Kukai y el valenciano Marcos Morau.

La programación escénica estará en Castelló y Alicante del 8 al 11 de junio. «La intención es vertebrar el territorio a través de la cultura», aseguró Bolta durante la presentación, suscribiendo uno de los objetivos principales del Institut Valencià de Cultura (IVC). El festival rinde homenaje este año a Paco Zarzoso y Carla Chillida, con las representaciones de algunas de sus obras, y contará con un total de 19 piezas valencianas.

A pesar del ambiente festivo de la presentación, no sólo el teatro fue el protagonista del «aperitivo» que Tercera Setmana ofreció ayer a los medios, pues el director creativo del festival rehusó dar las cifras del presupuesto con el que ha contado este año. «Si queréis hacer de esto una noticia política o económica, en vuestras manos está», criticó Bolta, que se quejó de la politización del certamen frente a representantes institucionales como Abel Guarinos, director del IVC; Rosa Pérez, diputada de teatros; o Albert Girona, secretario autonómico de Cultura.

Sin embargo, Levante-EMV sí que ha podido conocer algunas de las cifras que componen el presupuesto de esta segunda edición. Según fuentes cercanas a Cultura, el IVC ha aportado 50.000 euros, lo mismo que el pasado año, aunque ha cedido más espacios, como el Teatro Arniches de Alicante o el Principal de Castelló; y la Diputación de València ha sufragado alrededor de 40.000 euros. La pasada edición contó con un presupuesto total de 272.000 euros, gracias a la aportación de la Agència Valenciana de Turisme, el Ayuntamiento de València o la Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Circo (Avetid), entidad que impulsó el certamen.

Tal y cómo informaron a este periódico fuentes cercanas a la conselleria, al parecer, la omisión de la cifras este año se debería a que algunas entidades colaboradoras se encuentran pendientes de la resolución de ayudas. Aunque estas mismas fuentes han quitado «hierro al asunto», y lo califican como una práctica habitual. «Quedamos el día 19 - después del festival- y os lo cuento», aseguró Bolta.

Alianzas con festivales y territorios

Uno de los protagonistas de esta edición será el eje conformado entre la Comunitat Valenciana, Baleares y Cataluña, de donde emergen 27 propuestas. Entre ellas, la del Teatre Lliure de Barcelona, que vuelve a València después de décadas con Dona no reeducable, dirigida por Lluís Pasqual.

«El objetivo es crear alianzas en un futuro con el Institut d’Estudis Baleàrics y la Fundació Ramón Llull», señaló Bolta. El festival ya ha «conectado» esta edición con otros festivales como Escena Poblenou, que trae Un leñador no es un diseñador; ZGZ Escena, que lleva a las tablas La extinta poética; y Russafa Escènica, con Joc de xiquetes. El festival también respalda la iniciativa Graneros de creación de La Rambleta y Proyecto Inestable, programando dos de sus trabajos: Desde el infierno y Les solidàries (estreno absoluto). Si bien, Bolta ha admitido que no se ha cumplido uno de los objetivos este año: la cooproducción. «Planeábamos una coproducción con Víctor Sánchez -dramaturgo valenciano, que actualmente presenta en Madrid Iván y los perros-, su compañía Wichita Co., y con la colaboración del Centro Dramático Nacional. Pero no ha podido ser», apuntó el director.

Por el contrario, visitarán el festival algunos de los principales nombres del teatro contemporáneo español actual, como son Pablo Messiez (Todo el tiempo del mundo), Alfredo Sanzol (La Ternura) o Pablo Remón (Barbados, etcétera).