Borja Domecq Noguera, actual ganadero de la divisa gaditana, afirma que «los dos toros de Madrid marcan la evolución de Jandilla, aunque son obra del saber hacer de mi padre, que todavía me aconseja en el manejo de la ganadería». Domecq hijo ha declarado a Levante-EMV que Hebreo fue «un gran toro con importantes virtudes como la alegría, la movilidad y la transmisión con las que embistió». El animal es producto de un toro que indultó Serafín Marín en Barcelona de nombre Timonel y el ganadero no quiere olvidarse de Sebastián Castella, su lidiador: «Hay que tener en cuenta la generosidad que tuvo en enseñar al toro en todos los tercios en una plaza como Madrid, porque si no hubiera estado a la altura de su condición, le hubiese perjudicado». Por otro lado, Imperial, el primer toro de López Simón «tuvo más clase, más ritmo pero le faltó la trasmisión de 'Hebreo', un punto más de profundidad en la embestida y duró algo menos también», concluye.
Pablo Lozano, ganadero de Alcurrucén, ha manifestado que Barberillo «se aproximó mucho a la perfección del toro que gusta al torero. Tuvo las virtudes de la bravura, nobleza, entrega y mucho recorrido, porque venía galopando hacia la muleta y, un metro antes de llegar, humillaba con el hocico por el suelo hasta el final». Según el ganadero, «Ginés Marín quiso pegar muchos muletazos y, después de 90 pases, se lo llevó a tablas donde el toro se resguardó un poco. Eso es lo que vería el presidente para que no le diera la vuelta al ruedo». El criador cree que Barberillo ha estado a la altura de Jabatillo y Malagueño, dos toros «más temperamentales» premiados con la vuelta al ruedo en Las Ventas en 2015 y 2016, respectivamente. «El toro que más se parece a 'Barberillo' es el que le tocó a David Mora el año pasado, porque también tuvo esa bravura noble a diferencia de 'Jabatillo', que fue más bravo porque se comía a Castella», concluye.
Álvaro Núñez aclara que el toro que más le gustó fue el cuarto de la tarde porque «se acercó al estilo de animal que buscamos». Relatero de nombre, el segundo de Juan Bautista, fue un toro «con mucha clase, bravura y recorrido pero le faltó un punto más de fuerza». Por otro lado, el ganadero dilucida sobre el lote de Alejando Talavante: «'Tristón' tuvo muchas virtudes, sobre todo, embestía con verdad y entrega. 'Nenito' tuvo un pitón izquierdo muy bueno, pero por el derecho se metía hacia dentro». El criador valora la actuación de Talavante como emotiva tras cortar solamente una oreja y resultar herido: «Creo que no sometió al toro desde el inicio por su ansia de triunfar, es decir: le dio muchas ventajas para que tuviera emotividad la faena y a mi modo de ver el toro quería un poco más de gobierno y menos ventajas».
