P ¿Qué balance hace de su primer año al frente del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana?
R El balance es positivo porque estoy cumpliendo con los objetivos propuestos. Estoy siendo coherente y cumpliendo el compromiso para el que se me eligió. También estoy contento por la respuesta del público, del sector, de los entes consorciados y de la conselleria.
P ¿Hay algo que haya conseguido en este año del que se sienta especialmente orgulloso?
R De lo que más orgulloso me siento es de que hayamos sido capaces de ordenar el uso de los espacios y darle coherencia, algo que en València no sucedía. Yo lo criticaba como profesional independiente. Así dejas una hoja de ruta más clara. Eso proyecta una imagen a la ciudadanía y hacia fuera de la Comunitat Valenciana, conseguimos un impacto positivo. Estoy muy contento de haber abierto el espacio infantil y familiar, el Espai de Telles: es un proyecto sencillo, necesario y útil, que no existía ni dentro ni fuera de la Comunitat Valenciana.
P Cuando se planteó que el Centre del Carme se transformara en centro de arte contemporáneo, ¿no tuvo miedo de que se duplicara su labor con el IVAM?
R No porque el IVAM es un centro de arte de moderno y tiene otras necesidades y funciones. Y aunque fuera de arte contemporáneo, nadie se queja de que haya dos equipos de fútbol en la ciudad, ¿no? ¿Por qué habría de quejarse si hubiera dos centros de arte contemporáneo? De todos modos, IVAM y el Centre del Carme tienen funciones diferentes. El IVAM tiene una colección que custodiar, narrar y construir; nosotros no, nosotros trabajamos con la cultura viva, lo que ocurre hoy, en este momento; tenemos que construir un mapa del arte contemporáneo valenciano. Nadie se ha preocupado por los creadores valencianos desde los emergentes, los que tienen media carrera y larga trayectoria. Nadie lo ha hecho en este tiempo.
P ¿Cómo ha respondido el público a este cambio de rumbo en el Centre de Carme?
R Muy bien. En el primer trimestre de 2017 el Centre del Carme ha aumentado el número de sus visitantes en un 83,66 % respecto al año pasado.
P Imagino que la gratuidad de la entrada habrá influido.
R Sin lugar a dudas, pero no solo es una propuesta de mi proyecto, sino que responde a una forma de concebir la cultura. La cultura debe ser parte de la vida diaria de la gente, no debe entenderse como algo elitista o circunstancial. La visita a un centro cultural debe ser algo cotidiano. El Centre del Carme es un espacio abierto para ser utilizado y para que la ciudadanía se empodere en él.
P Sí, pero el arte contemporáneo parece que nos cuesta más de asimilar.
R El arte contemporáneo es todavía el gran desconocido para gran parte del público, pero se han rebajado los niveles de rechazo porque generamos modelos de acercamiento a través de la didáctica o la educación.
P El creador emergente será el que más haya aplaudido esta transformación.
R Sí, estaba muy desatendido, no había un espacio donde un joven pudiera exponer. Ahora lo hay y con convocatorias públicas.
P Desde su llegada insistió en la situación de abandono de parte del espacio y hasta llevó el asunto a las Corts. ¿Cómo se encuentra ahora?
R No me podía imaginar que estuviera así. Las pulgas ya han salido, pero era tan sencillo como ordenar una limpieza y un tratamiento de control de plagas. Esa plaga llevaba cinco años activa. Me resulta imposible responder cómo alguien no pudo atender algo tan básico como la higiene en un centro publico.
P Cuando llegó al puesto había un auditoria en marcha. ¿Como va el proceso?
R Se hizo una primera auditoría que hace de oficio la Generalitat, pero la que se pidió se esta realizando porque es de más envergadura.
P Ha abierto tanto las puertas del Centre del Carme que hasta se pueden celebrar bodas.
R El Centre del Carme tiene una ordenanza que permite alquilar espacios, siempre en horario fuera de apertura y que no interfiera en el uso cultural. Si podemos hacer una cena o un cóctel de empresas privadas ¿por qué no una boda? Las condiciones y el uso son los mismos. No hay nada en la ordenanza que impida celebrar aquí una boda.
P Toca hablar de presupuestos...
R El presupuesto es insuficiente para las funciones y autoexigencia que nos imponemos y de la territorialización para extender la cultura en igualdad de condiciones. Para eso hace falta más presupuesto. También hay un agravio comparativo sobre cómo se reparte el presupuesto en la cultura, pero no quiero que se quite un céntimo a nadie. El dinero que se destina a arte o museos es muy inferior al que se destina a otros ámbitos de la creación y eso se debe revisar. Necesitamos una mayor financiación pública. Al mismo tiempo, trabajamos por tener patrocinadores y apoyos económicos del ámbito privado.
P ¿Y cuál debería ser su presupuesto ideal?
R Por lo menos, el doble.
P ¿Se arrepiente de haber prescindido de La Gallera como parte del Consorci?
R No, porque no teníamos un presupuesto en condiciones y antes de sobreprogramar en València hay que generar oportunidades en otras poblaciones. Valencianos somos todos.
P ¿Cómo le gustaría que la gete definiera el Centre del Carme?
R Como un lugar que forma parte de la vida cotidiana, un lugar en el que ver exposiciones o no, también para sentarte a leer un libro? El éxito es que la gente se está apropiando de este lugar que durante tanto tiempo ha estado cerrado al barrio y a la ciudadanía.
P ¿Se da un plazo para cumplir todos sus objetivos?
R Tengo un contrato de cinco años y tienen que pasar muchas cosas. Aunque espero que esté todo mucho antes. Mi contrato es prorrogable otros cinco años, pero yo vivo al día, le saco rendimiento a cada minuto.
