Hace 15 años, en 2002, València acogió la quinta edición de los Premios Max de las Artes Escénicas. Si sumamos 15 y 5, dan 20. Justo la edición de los 'Goya del teatro' que ayer se celebró en la ciudad. Si entonces la gala de entrega de los galardones se celebró en el Teatro Principal, ayer el escenario fue el Palau de les Arts.

El edificio proyectado por Santiago Calatrava desplegó su alfombra roja para el desfile de los nombres más conocidos y reconocidos del sector, en una velada organizada por la Fundación SGAE en colaboración con la Generalitat Valenciana.

La presentadora de la gala, Ana Morgade, fue de las primeras en pasar por el photocall, en el que posó, entre otros, con el director del evento Joan Font, máximo responsable de la compañía Comediants. Los valencianos Chema Cardeña, Josep Manel Casany, Maduixa Teatre o Wichita CO fueron anfitriones en la alfombra roja de su tierra.

Por ella pasaron también rostros conocidos como Toni Cantó, que llegó acompañado de Félix Suco o Marta Rivera de la Cruz. Juntos se dejaron fotografiar los actores Fran Perea y Toni Acosta. También estuvieron Tonino, Eloy Arenas o Natalia Menéndez. Tampoco faltó la representación política, entre ellos el diputado de Podemos Íñigo Errejón. La mayoría de nominados desfilaron, sonrieron y posaron ante las cámaras. Para cerrar el photocall, posaron el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; el alcalde de València, Joan Ribó; el conseller de Cultura, Vicent Marzà; el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona; el director del Institut Valèncià de Cultura (IVC), Abel Guarinos, con las autoridades de la SGAE.

La gala fue un tributo a la mediterraneidad. Una mirada a la creación valenciana. Ya se veía venir con la creación y dirección musical de la puesta en escena, que corrió a cargo de los valencianos Josep Zapater y Noèlia Pérez. La velada fue un homenaje a la mujer y a la tradición musical de la Comunitat Valenciana, personificada en las notas que ofreció la Banda Sinfónica de Mujeres de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV). Bajo la batuta de la directora Lidón Valer Cabaleiro, 60 músicas valencianas interpretaron un repertorio inspirado en los pasacalles. La «fiesta en la calle» entró en les Arts.

Y la noche empezó bien para los candidatos valencianos. «Mulïer», de Maduixa Teatre, se llevó el primer premio de la velada al Mejor espectáculo de calle. Joan Santacreu destacó lo «especial» del premio por ser la primera vez que cuenta con una categoría en estos premios de ámbito estatal. «Era necesario dignificar las artes de calle porque es el mayor escenario del mundo, al que van personas que quizás no accedan nunca al teatro», dijo Santacreu.

La valenciana Carme Portaceli continuó con la racha valenciana al recoger el premio a la Mejor dirección de escena por «Només són dones», y dedicó su galardón al equipo de la obra. Portaceli tuvo un recuerdo especial por «las mujeres que lucharon por la democracia de nuestro país, mujeres todas ella olvidadas y sometidas a la más cruel invisibilidad y no solo antes, sino hoy, en tiempos de luz, cuando aún es tan difícil conquistar y se les sigue olvidando en libros de textos, exposiciones y en lugares privados se les asesina». «Fueron unas valientes dispuestas a luchar por ellas mismas, por las niñas y por los hombres», dijo para añadir que «estoy contenta de que este premio llegue aquí, porque cuando bajo del tren y veo esta luz me llega al corazón». La valenciana también subió al escenario a recoger, con el equipo de la obra, el premio a Mejor espectáculo de Teatro.

Y aunque al valenciano Marcos Morau se le escapó el premio a Mejor diseño de espacio escénico por «Oskara», el equipo de la obra que desde La Veronal pone en escena con Kukai Dantza, y que partía como favorita, sí recogió el permio a Mejor elenco de danza, el Mejor espectáculo de su categoría y Mejor diseño de vestuario. El equipo dio las gracias a Morau, gran ausente en la gala, a quien echaron en cara, en tono de broma, «la caña» que les ha dado con este trabajo.

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Los valencianos siguieron cosechando éxitos. La argentina afincada en València Iaia Cárdenas recogió su premio a Mejor autoría revelación por «Sindrhomo». «Ha sido un año fantástico porque además de este premio celebro que le he ganado al cáncer por segunda vez, así que se lo dedico a todos los que han pasado por lo mismo, que sepan que se puede, para mí el teatro es parte del proceso sanador».

Y continuó la buena estrella para los profesionales locales. Damián Sánchez, por su parte, recogió el premio a Mejor composición musical para espectáculo escénico por «Mülier».