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Jornadas

"Lo más importante lo he aprendido en un cómic"

Las NAVES acoge las jornadas «ComicTools», que reinvidican el papel del tebeo en la educación - Los premios nacionales Paco Roca y Antonio Altarriba participan en las ponencias

"Lo más importante lo he aprendido en un cómic"

Ya lo decía el argentino Oesterheld a principios del siglo XX: «la historieta, si se hace bien, puede ser el libro educativo del futuro». En un mundo dominado por la imagen, esta afirmación cobra, si cabe, más sentido.

Con esta perspectiva organiza Álvaro Pons las jornadas ComicTools, unos encuentros especializados que buscan indagar sobre el potencial del cómic. En su segunda edición, celebrada ayer en la Naves, el ciclo juntó a docentes de primaria, secundaria y bachillerato con expertos y autores para analizar la dimensión educativa del tebeo y su uso como herramienta pedagógica en el aula.

José Rovira, profesor en la Universidad de Alicante y especialista en literatura infantil y juvenil, reivindicó el cómic como «la mejor representación de la lengua escrita» y una dimensión fundamental para enseñar historia, geografía, cultura y hábitos de lectura.

«Lo más importante lo aprendí en los cómics», aseguró, usando como ejemplo las historias de Corto Maltés y Tintín, que entre otras, explican el siglo XX a la perfección.

Para Pons, el universo del cómic no está muy considerado en Valencia, y «como es tan difícil montar un salón del cómic permanente»- aseguró a Levante-EMV- , tiene que recurrir a estas jornadas especializada para generar foros y encuentros.

Falta de presencia en las aulas

En general, criticaron que la novela gráfica esté poco presente en los currículums escolares o en los planes de estudio de las universidades, por lo que es difícil generar nuevos seguidores. «Si los futuros profesores de colegios e institutos no reciben ni formación básica en cine, el formato comunicativo por excelencia, cómo van a recibirla en cómic...», lamentó José Rovira, para el que es una contradicción que «en el siglo de la imagen, estas artes no entren en los currículums educativos».

Para los ponentes, el cómic es una lectura como cualquier otra, «abre puertas y mundos», pero con otro discurso narrativo. «No es literatura, y no pasa nada», aseguró Rovira, que sí quiso hacer hincapié en que a pesar de que parece un producto cultural dedicado al entretenimiento, «no hay que dejarlo de leer cuando uno se hace adulto». Pons compartió esta visión. «Creemos que el cómic es infantil y de bajo nivel cultural pero no es así», explicó el director, que aunque puso en valor su papel como transmisor de ideas a personas que no saben leer o escribir, aseguró que «no sólo está dirigido a la alfabetización». «Es una manera de acceder a la palabra, pero al igual que libros y películas, hay cómics de muchos tipos y hay que romper ese estereotipo». Ese, prosiguió Rovira, «y la idea de algunos profesores que piensan que acercar a los alumnos al tebeo es distanciarlos de la lectura tradicional»,a pesar de que tiene una tradición divulgativa que se remonta a las aucas y aleluyas.

Tebeos para niños conflictivos

Las profesoras Mercé Durá y Lia Gutiérrez presentaron una experiencia real con la que demostraron la capacidad pedagógica del tebeo. Para ello, utilizaron la novela gráfica Arrugas del valenciano Paco Roca, Premio Nacional de 2008, que participó en la mesa.

En un intento de motivar el interés por la lectura entre alumnos con un perfil más conflictivo, las docentes presentaron un proyecto interactivo en el que las actividades se mezclaban con la lectura. A través de la historia de Roca, que retrata el tema de la vejez, el Alzheimer y la enfermedad, los alumnos visitaron una residencia de ancianos para acercarse a la realidad que plantea el escritor. «Fue muy interesante porque veían a las mismas personas sobre las que estaban leyendo», aseguraron las ponentes, contentas con el resultado y el intercambio intergeneracional.

Roca escuchaba atónito y confesó que a la hora de escribir las historias no lo hacía pensando en esa dimensión educativa, pero que le contentaba el resultado.

El cómic, concluyeron todos los ponentes, es una puerta a otros discursos culturales, por lo que hay que reinterpretar la famosa frase «dónde hoy a un tebeo, mañana habrá un libro», para darle un nuevo sentido: «Si te gustan los comics, también leerás libros».

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