Siete meses después de haber sido imputado por presunta malversación, el artista Rablaci (acrónimo de Rafael Blasco Císcar) declarará como investigado el próximo 26 de octubre por el supuesto espaldarazo a su carrera con fondos públicos procedentes del IVAM. Así lo acuerda la jueza que investiga la gestión de la exdirectora, Consuelo Císcar, al frente del museo, en una diligencia de ordenación del Juzgado de Instrucción 21, hecha pública ayer por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

Rablaci ya compareció en marzo ante la jueza Nuria Soler en una vistilla para decidir medidas cautelares -como la retirada del pasaporte- tras ser imputado por supuesta malversación. Hasta ahora sólo se ha explicado por escrito ante el juzgado, así que el próximo 26 de octubre podrá explayarse sobre cómo pagó a las empresas que transportaron sus obras de arte para ser expuestas en museos de Japón, China, Ecuador y Cuba en 2009 y 2010.

Junto al artista, la jueza Nuria Soler también ha citado a declarar, en calidad de investigados, a la asistente personal de Consuelo Císcar mientras estuvo al frente del museo, Pilar Mundina, que comparecerá el 19 de octubre. La investigación judicial ha constatado que Mundina era la encargada de gestionar los viajes al extranjero a través de Sakvitur, una de las empresas investigadas. Y también recibió en su casa, según consta en la causa, «catálogos de Rablaci, (por parte de La Imprenta SL) lo cual demuestra la estrecha relación entre Pilar Mundina y Consuelo Císcar». El 27 de septiembre abrirá las comparecencias Maria Ángeles Valiente, Enguix, jefa del Departamento de Desarrollo del IVAM.

La magistrada instructora, Nuria Soler, también escuchará el 7 de noviembre las explicaciones del empresario Enrique Bienvenido Martínez Murillo, propietario de las empresas de transporte Sakvitur, Valsatrans y Logística del Arte que ha acabado investigado en la causa por la «decisión unilateral» de los responsables del museo de «imponer a las empresas de Enrique Bienvenido Martínez Murillo para los transportes de obras de arte del IVAM» sin respetar la ley de contratos.