Formación: Michel Camilo, piano; Tomatito, guitarra. XXI Festival de Jazz de Valencia - 11 Julio 22h - Sala Iturbi del Palau de la Música.
Prendieron la llama con un palmeo sobre el piano y el arranque de las entrañas de la guitarra. Sonaron los acordes del «Libertango» de Piazzolla y la Iturbi se les quedó pequeña antes de romperse en aplausos ante su primera apuesta. Michel Camilo y Tomatito contaron la historia de cómo las culturas conviven y crecen juntas en el apego para gestar una inusitada forma de entender las raíces.
El virtuosismo de los dos se desdobló mostrando el núcleo en el que hierve su grandeza, originada en el respeto de la dimensión del otro. Cada cual se mantuvo en su habitación propia, interpretando las músicas a su manera y reservando un impoluto espacio compartido de unísonos, tan caribeño como andaluz. Firmes en sus talantes, pasaron por encima de la fusión para profundizar en la conversación de sus respectivas maestrías.
Los andares flamencos de Tomatito puntearon con naturalidad todos los torrentes latinos que Camilo liberó desde el piano. La noche fue un pulso en el que la tensión y las cesiones fueron la fórmula de un equilibrio inalterable que les permitió tamizar serenamente ritmos y armonías, quedándose sólo con lo imprescindible para crear un sentido en el que reconocerse a sí mismos. El arsa y el asere alzaron el vuelo para sellar con firmeza piezas de lugares y tiempos dispares.
Así consiguieron llevar al encuentro los aires brasileños de Egberto Gismonti, el impresionismo con timbre oriental de Satie, un recuerdo a Charlie Haden, licencia al swing por Django Reinhardt y evocaciones cinematográficas con Cinema Paradiso y Two Much. Generosos en el fulgor de sus cuerdas análogas, piano y guitarra derrocharon energía con varias de las pasiones hispanas de Chick Corea, reservando «Spain» para la combustión final de su universo. Camilo y Tomatito, dos mundos creando uno nuevo a su medida, tan grande, que cupo todo.
